MÉRIDA.- De acuerdo con información recabada, el gobernador Rolando Zapata Bello no despide de la Secretaría de Fomento Turístico a Saúl Ancona Salazar porque los une una amistad que comenzó cuando ambos trabajaban en la Comuna de Izamal y debido a que profesan la misma religión cristiana. Según nuestros informantes, es tanta la confianza que hay entre el mandatario estatal y Saúl que entre ellos se llaman “chuky”.

La amistad comenzó cuando Saúl, a quien corrieron de la Canacome porque no le cayó bien a la entonces presidenta de la agrupación empresarial, Yamily Calderón, se fue a trabajar a Izamal, donde el alcalde era Wílliam Sosa Altamira y Rolando Zapata el asesor jurídico de la Comuna.

La semana pasada el empresario hotelero Ricardo Dájer Nahum denunció desvió de recursos de casi 1.5 millones de pesos, en la Sefotur, aunque desde hace dos meses circuló entre empresarios turísticos una carta en la que se describían varias anomalías en la dependencia y se dijo que Saúl estaba en capilla.

El gobierno estatal le apostó al olvido a esta denuncia, sobre todo, según se afirma, porque no quieren darle jugada a Dájer, pero el ex funcionario cerverista dio un golpe preciso y denunció, con pruebas contundentes un desvío de dinero.

En respuesta, varios turisteros y empresarios salieron en defensa de Saúl e intentaron descalificar a Dájer Nahum, lo que sienta un mal precedente, ya que indicaría que las denuncias puestas en la fiscalía General y en la Contraloría estatal seguirían la suerte de las hechas en contra de Alejandro Menéndez Bojórquez.

No debemos perder de vista que en este caso no se trata de juzgar y menospreciar al empresario hotelero, eso es cosa aparte; se trata de atender una demanda que puso, con pruebas precisa y concisas.

Dájer Nahum pidió la coadyuvancia en este caso, es decir que apoye en las investigaciones de la agencia 35 del MP, lo que pone en aprietos al gobierno estatal, ya que si lo acepta el empresario aportará muchas pruebas más que obran en su poder, lo que no le convendría a la Fiscalía si el plan es dejar que este caso muera con el tiempo. Por otra parte, si no lo aceptan será un claro indicio de que no quieren nada con él, lo que implica dejar impune la denuncia.

En esta denuncia el gobernador tiene que decidir entre poner en marcha su feroz combate a la corrupción, que duerme el sueño de los panteones, o de preferir a su amigo y dejar impune esta nueva denuncia.

Por ahora, todo indica que la impunidad se impondrá, aunque esperamos equivocarnos.