El tío le dijo a las dos niñas que si lo acusaban un dragón de siete cabezas se las comería. (grillo porteño)
El tío le dijo a las dos niñas que si lo acusaban un dragón de siete cabezas se las comería. (grillo porteño)

Mérida.- El vigilante privado Juan Luis Canul Poot (a) “Juanelo” fue detenido por abusar sexualmente de dos de sus sobrinitas.
Para qué no lo delatarán, “Juanelo” amenazó a las niñas diciéndoles que un dragón de siete cabezas se las comería vivas si contaban algo, aunque por fortuna ellas vencieron el temor y relataron los abusos.
El vigilante fue detenido en cumplimiento de una orden de aprehensión obsequiada por el Juez de Control del Cuarto Distrito Judicial con sede en Umán.
Se le decretó de inmediato la prisión preventiva como probable responsable de los delitos de abuso sexual agravado y violación equiparada agravada contra sus sobrinitas de 5 y 9 años.
En la audiencia de formulación de imputación, el acusado manifestó que no deseaba declarar y solicitó 72 horas para que se defina su situación jurídica.
De acuerdo con el expediente, en junio del 2012 al mediodía, la niña M.Y.C.U., de 9 años, se encontraba en su casa cuando llegó su prima N.C.C.U., también de nueve años e hija del sujeto, quien habita en el predio contiguo, en una comisaría de Umán.
Más tarde llegó el tío de M.Y.C.U., La llevó a una cama, la recostó y la ultrajó.
Al concluir su sádico acto, “Juanelo” la amenazó diciéndole que la iba a matar a ella y a su madre si decía algo.
Para infundirle más miedo, el abusador le dijo que si contaba algo que un dragón de 7 cabezas se la iba a comer, que el mundo se iba a acabar y que ella se iba a morir.
Luego, el 13 de julio pasado a las 10:00 horas, la niña M.I.U.C., de 5 años, se encontraba en su domicilio cuando llegó su prima N.C.C.U. y la invitó a jugar a su casa.
La niña fue, pero al poco tiempo, cuando estaban solitas, entró “Juanelo” y llevó a su sobrina a un baño apartado, donde abusó sexualmente.
Posteriormente limpió con una ropa el cuerpo de la menor, lavó a la niña y la vistió.
Antes de dejarla ir le dijo lo mismo del dragón de siete cabezas.
En forma por demás increíble, le ordenó a su hijita que fuera a tirar lejos la ropa con la que limpió el cuerpo de la menor.