Los pescadores advierten que luego de haber terminado la captura de pulpo, seguirán habiendo robos de motores y de lanchas. (Grillo porteño)
Los pescadores advierten que luego de haber terminado la captura de pulpo, seguirán habiendo robos de motores y de lanchas. (Grillo porteño)

PROGRESO.- La pesca furtiva del pepino de mar ha propiciado la piratería en altamar, por medio de la cual han robado equinodermo, lanchas y motores, pero los afectados no denuncian, debido a que están fuera de la ley, según afirman varios pescadores.
Los informantes indicaron que ahora, al acabar la temporada de pesca de pulpo, que finalizó el 15 de diciembre, la pesca furtiva del pepino de mar aumentará, lo mismo que la piratería en altamar.
“La piratería no se detendrá mientras la pesca furtiva continúe imparable y los casos de asalto en altamar seguirán, aunque no serán dados a conocer porque las víctimas que pierden el producto ya procesado, lanchas y motores, se delatarían”, indican.
Al robo de motores en Yucalpetén y el reciente caso de asalto en altamar por el rumbo de Dzilam, se añaden otros cometidos por el rumbo del faro de Yalkubul, hasta puertos del oriente, en donde a principios de este mes lancheros persiguieron a un grupo de pepineros de este puerto a quienes sorprendieron transportando producto procesado.
Los piratas balearon a los pepineros con la intención de despojarlos del producto, pero los furtivos alcanzaron a llegar a zonas de manglares de Dzilam, en donde en una playa abandonaron la lancha con el cargamento y se internaron en los montes, en donde permanecieron dos días extraviados, hasta que salieron cerca de un poblado y de ahí se trasladaron a esta ciudad, pero no denunciaron los hechos porque estaban fuera de la ley.
Los entrevistados afirman que durante la temporada de pesca de pulpo la pesca furtiva de pepino de mar siguió, pero ahora aumentará considerablemente.
Los hombres de mar señalan que hay reportes de que los furtivos tratarán de aprovechar los días feriados de Navidad y Año Nuevo para intensificar la pesca, procesar el producto en salcochaderos clandestinos y transportarlo hasta los lugares donde lo piden los comerciantes que después lo envían al mercado internacional para su consumo.
Los informantes señalan que ahora que terminó la pulpeada, numerosos pescadores quedaron desempleados, la pesca ribereña está semiparalizada y cuando reanuden la pesca, los barcos de la flota mayor al reanudar los barcos de la flota mayor llevarán de cuatro a cinco pescadores.
Recuerdan que en la pesca de pulpo los barcos llevaban hasta 14 pescadores, de modo que por cada embarcación de la flota mayor quedan desempleados 10 hombres de mar, quienes ante la falta de oportunidades de empleo no les quedará más remedio que dedicarse a la pesca furtiva del pepino.