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MÉXICO.- Con la promesa de recibir “un jornal” apenas superior a 100 pesos diarios, más dos kilos de tortilla, una familia emigra por un trabajo a los campos agrícolas del noroeste del país.
Algunos son conscientes de la realidad: que los mentados “cabos” sólo buscan engancharlos para emplearlos por 12 o 15 horas diarias; que les darán cuartos con piso de tierra donde dormir; que se brincarán la fecha de pago hasta que cumplan seis a ocho meses trabajando, aunque antes les cobrarán interminables cuentas y porcentajes.
A pesar de todo,“regresan, porque la necesidad es mucha”, explicó Jesús Carmona Sánchez, secretario técnico de Respuesta Alternativa A.C.
Expertos consideran que en estas condiciones vive una gran mayoría de los 762 mil 265 trabajadores temporales agrícolas que se dirigen hacia al norte y noroeste del país originarios principalmente de Guerrero, Oaxaca, Chiapas, Veracruz e Hidalgo, según la más reciente Encuesta Nacional de Jornaleros Agrícolas 2009 (Enjo) de la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol).
Desde el ámbito de su competencia, Nuvia Mayorga Delgado, directora la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas (CDI), indicó que trabajan por tener cifras más actuales, en coordinación con el Instituto Nacional de Geografía y Estadística (INEGI) y el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval).
Han identificado hasta ahora que de los 11 millones de personas indígenas 80% se dedica a actividades jornaleras agrícolas.
Excelsior.-