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PROGRESO. – Con una misa, un pastel y la música de un mariachi, el sábado pasado el padre Francisco Mukul Domínguez celebró el XXII aniversario de su ordenación sacerdotal, en unión de amigos, familiares y feligreses, que abarrotaron el templo parroquial.
Durante la celebración eucarística, el sacerdote, originario de Abalá, recordó varias anécdotas, tanto de su vida en el seminario como de sus 22 años de servicio pastoral, que incluye una misión en África.
Acompañaron al padre Francisco sus padres Ramón Mukul Suárez y Genoveva Domínguez Cocom; su hermana Mariela y su sobrinos, entre otros familiares, además de amigos procedentes de Mérida, Dzidzantún, Abalá y Tecoh.
Recordó que a lo largo de estos años ha sido feliz con la encomienda que un 24 de marzo de 1993 le dio Jesús, cuando fue ordenado sacerdote en la S.I. Catedral, por el Arzobispo de Yucatán Monseñor Manuel Castro Ruiz.
A través de estos 22 años que he estado compartiendo con ustedes, pero el mes de marzo ha sido muy significativo, pues un día 1 de marzo se me concedió ser el párroco de esta bonita comunidad, afirmó el cura.
-Han sido ya dos años en esta parroquia, tiempo en el que he recibido las bondades de Dios, por el hecho de compartir con ustedes la Eucaristía, la amistad y la confianza; todo esto es motivo de agradecimiento a los hermanos de este puerto -dijo.
Han pasado ya 22 años desde que me ordené, tiempo que representa toda una vida; recuerdo muy bien que durante mi estudio sacerdotal no pensé tardar ni cinco años como sacerdote. En medio de todo, descubrí la bondad y la misericordia de Dios.
-Cuando recibí esta parroquia, el señor Arzobispo (Monseñor Emilio Carlos Berlie Belauzarán) me dijo en secreto: recuerda lo importante que es hacer oración, para que puedas dirigir a la comunidad, pues solo no vas a poder -recordó.
El padre Francisco Mukul recordó también que el arzobispo don Manuel Castro lo ordenó sacerdote y años antes lo había investido de acólito en Abalá, de modo que de acólito pasó a ser sacerdote.
Durante estos 22 años de vida sacerdotal he intentado aprender y obedecer, ya que el que obedece no se equivoca. A pesar de eso, he vivido momentos difíciles, pero salí adelante reconociendo mi vocación.
El párroco se remontó a 1981, cuando al caminar por el paseo de Montejo de Mérida, durante las semanas vocacionales, en los postes habían pegado la imagen de Cristo en la que se leía: “Tu vida tiene un sentido, Cristo te llama”.
-A raíz de eso entre al seminario, lo que representó un cambio total en mi vida en donde he intentado responder en medio de mis defectos y de mis virtudes; también a partir de entonces entendí que no estamos aquí por ser los mejores sino porque entendemos que Dios nos ha llamado para ser servidores dentro de la comunidad -enfatizó.
La misa de acción de gracias del padre Mukul Domínguez concluyó con el corte de pastel de aniversario, a la que asistieron más de 1,000 feligreses; el mariachi le cantó las mañanitas al padre, quien recibió diversos regalos y el agradecimiento de parte de la comunidad; también se transmitió un video con algunas vivencias del festejado.
Durante la ceremonia eucarística los niños Andy Caballero, José Martín, Jesús Domínguez, Pedro Ávila, Angel y Eduardo Ortiz, Paolo Rosés Sánchez, Carlos Segura y Arturo Martínez, fueron investidos de monaguillos.