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PROGRESO.- En las últimas horas se registraron los suicidios de dos jóvenes errantes que se cansaron de sus vidas y decidieron terminarlas por la vía del ahorcamiento.
En ambos casos se trató de jóvenes que tenían su domicilio en el interior del estado, uno de ellos en Tizimín y otro en Progreso.
Aunque ambos suicidios causaron conmoción por la edad de las víctimas, el caso más dramático fue el del oriente del estado, pues se trató de un joven con problemas de salud mental que hace poco más de un año llegó a vivir con sus abuelos tras llevar una vida errante con sus padres, de rancho en rancho.
Fue identificado como José Francisco Cauil Poot, de 25 años, quien se ahorcó en la casa de sus abuelos, en la colonia San José Nabalam de Tizimín.
Los vecinos indicaron que José Francisco era una persona muy tranquila, a pesar de sus problemas de salud mental, y todas las mañanas lo veían pasar con sus carneros para llevarlos a pastar al periférico de Tizimín y regresaba al mediodía. Al parecer, no tenía estudios y nunca recibió atención especializada.
“Pobre, era buen muchacho… creo que se cansó de la vida”, fue el comentario que hizo una vecina entre lágrimas.
El otro caso ocurrió en la colonia Canul Reyes de Progreso, donde se ahorcó el joven Eusebio Córdoba López, de 21 años y quien había llegado del interior del país.
Estaba borracho y fue una tía del ahora occiso la que descubrió el cadáver colgado. Pensando que Eusebio aún estaba con vida cortó la soga para tratar de salvarlo.
El joven se dedicaba a la pesca y, según los vecinos, se embriagaba constantemente y tenía problemas por su afición a las bebidas alcohólicas.
Era originario de un poblado de Veracruz, pero radicaba en Progreso desde hacía varios años.