MÉRIDA.- Los regidores panistas de Mérida Víctor Merari Sánchez Roca y Primo Martínez Semerena prácticamente ya se sienten diputados, porque ya le dijeron a todo mundo que ellos serán candidatos a los distrito IV y V locales (bastiones del PAN), aunque como ediles han dejado mucho que desear, ya que se preocupan más en faltar que por asistir a sus sesiones  de trabajo de comisiones.

Basado en su amistad y compadrazgo con el legislador Raúl Paz Alonzo, el edil Víctor Sánchez ya siente que la candidatura de cualquiera de los dos distritos mencionados será para él, aunque tiene antecedentes que lejos de ayudarlo sólo le restan votos.

Comenzamos: en la campaña pasada fue designado por el CDE para “operar” el segundo distrito local, pero en lugar de trabajar solamente se dedicó a hacer sus negocios de publicidad, es decir, se dedicó a “bistequear”.

Esa (entre otras razones) hizo que el PAN tuviera un pésimo desempeño en ese distrito, pues su candidata, muy mala e impuesta por Renán Barrera, Yahayra Centeno Ceballos no logró entrar al Congreso del Estado ni por repechaje.

Desde que Sánchez Roca entró al Cabildo de Mérida se la ha pasado flojeando, pues es de los que menos acude a su oficina, de los que menos participa en las sesiones de Cabildo y de los que menos apoya a los militantes.

De hecho, en las elecciones de comisarios el concejal abandonó sus funciones como integrante del Consejo para elegir autoridades auxiliares y se fue tres días al Distrito Federal, quitado de la pena.

Cuando regresó como parte del proceso poselectoral el citado Consejo sesionaba todos los días pero Víctor Merari solo entraba al pase de lista y se iba, demostrando el nulo interés que tiene por los ciudadanos.

Un caso parecido es el Primo Martínez, quien piensa que merece todo sin hacer nada, y siente que lo apoya su padrino Renán Barrera. También hizo “chanchullos” en la campaña de Mauricio Vila, como publicamos en su momento.

El edil panista ha sido de los más interesados en hacer campaña desde el año pasado pensando en una diputación local.

Es decir, se la vive futurizando.

No obstante, su labor edilicia también ha sido muy pobre, y más en el último mes en el que se colgó de un problema familiar para ausentarse absolutamente de todas sus obligaciones.

De manera risible, sus amigos tratan de justificar lo injustificable: su ausencia de un mes del Palacio Municipal se debió al fallecimiento de un familiar, pero eso no es motivo para dejar de trabajar un mes.

Si estuviera en una empresa privada jamás lo haría.

El alcalde Mauricio Vila debería poner más atención a estos casos.

La verdadera razón de la ausencia de Primo en el Ayuntamiento fue porque estaba presionando para ser incorporado a la planilla de Jesús Pérez Ballote, candidato a la presidencia del Comité Municipal del PAN en Mérida.

En ese inter abandonó todas sus funciones, dejó de sesionar las comisiones que preside, dejó de asistir a las comisiones de las que es integrante y dejó de ir a su oficina.

Y dio la enorme casualidad que en cuanto fue incluido en la planilla de Chucho regresó a la Comuna.

Y así ambos sujetos quieren ser diputados locales por el PAN.