MÉRIDA.- El pago del “diezmo” ha sido una práctica común en diputados y alcaldes de todos los partidos; los primeros lo reciben por “bajar” recursos para los presidentes municipales y los otros por asignar obras a empresas o toda transacción que la Comuna que presiden realice.

Al finalizar la administración pasada, en Progreso la diputada federal María del Carmen Ordaz “bajó” dinero para una obra en la ciudad, la cual la constructora TGS cotizó en tres millones, pero en realidad la obra costó dos millones y el sobrante debería ser para que el constructor reparta entre él y la diputada.

Sin embargo, al ingresar el dinero a la Comuna el alcalde Daniel Zacarías le dijo al constructor que sólo le daría el dinero con la condición de que remozara y techara la cancha de Chicxulub y para remozar la de San Ignacio, es decir se esfumaban las ganancias de la diputada.

El constructor aceptó, pero finalmente sólo hizo la obra de Chicxulub y se quedó con unos $300 mil de la que no hizo en San Ignacio. Extrañamente el alcalde entrante José Cortés Góngora se oponía a que se hicieran esas obras, aunque las incluyó en su informe de sus primeros cien días de trabajo.

Se dice que Cortés Góngora se negaba a hacer la obra, para darle el dinero a Carmita, quien lo ayudó a ganar la alcaldía al traicionar al PRI.

El 15 de noviembre del año pasado publicamos que el diario capitalino Reforma publicó un reportaje en el que varios políticos denuncian que diputados federales extorsionan a alcaldes, a quienes les piden un elevado porcentaje por “bajarles” recursos y/o imponerles constructores, quienes cobran y luego le dan una parte al legislador.

Sin embargo, esta práctica es de sobra conocida, ya que es practicada por diputados de todos los colores desde hace mucho tiempo, aunque los panistas estuvieron de plácemes cuando Felipe Calderón fue presidente, pues les dio un mundo de dinero. En Yucatán, Rosa Adriana Díaz Lizama “bajó” en un año 20 millones de pesos, que distribuyó entre varios alcaldes, a quienes por medio de un constructor que les imponía recibía su diezmo, según denunciaron algunos ahora ex ediles.

De acuerdo con algunos ahora ex alcaldes, cuando Rosa Adriana fue diputada federal les decía que les había conseguido recursos, pero les imponía a un constructor, quien cobraba la “comisión” y luego se la daba a la oriunda de Buctzotz.

En el último año de gobierno de Felipe Caderón, como una forma de tratar de ganar adeptos, ordenó que a los diputados panistas les soltara dinero, de modo que en todo el país abundó dinero federal para obras, dinero que llegaba por medio de los legisladores.

Sin embargo, las acusaciones hechas en su momento y ratificadas ahora, con la promesa de guardar el anonimato de los declarantes, se extendieron también en contra de los diputados Mary Yoly Valencia Vales y Daniel Ávila Ruiz.

“Con el pretexto de que Ivonne (la gobernadora) no le daba nada a los alcaldes panistas, los diputados federales “bajaron” lana a dependencias federales para los alcaldes, pero exigieron su diezmo”, afirmó un ex alcalde.

Hace algunos meses, varios perredistas denunciaron que el ahora diputado federal Alejandro Cuevas Mena estaba “dedicado al negocio” de bajar dinero y dárselos a los alcaldes a cambio de un porcentaje de “comisión”. Precisaron que debido a eso, el diputado perredista ni acudía a su casa de enlace. Lo mismo dijeron los amarillos de Teresita Borge.

Debido a que siempre fueron mayoría, los primeros acusados de realizar esta práctica fueron los diputados del PRI, de modo que era un secreto a voces que los alcaldes debían darle una comisión a los legisladores por los recursos que les conseguían. Esta práctica continúa entre los tricolores.

La consecuencia de estos diezmos es más que clara: el constructor se lleva su parte, el diputado la suya y el alcalde también, de modo que de cien pesos para una obra en realidad sólo se destinan 70, en detrimento de la calidad de la misma y los que pagan las consecuencias son los ciudadanos al recibir obras malas o de calidad inferior a lo presupuestado y pagado.

El diezmo se pide a diestra y siniestra por todos los diputados y alcaldes. En su gestión Como diputado federal el perredista Alejandro Cuevas Mena fue llamado el “rey de los moches”, de modo que varios de sus compañeros de partido decían que hizo muy buena lana, que le sirvió para comprar dos ranchos en Tabasco, de donde es originaria su esposa. Uno de los ranchos se lo compró al entonces alcalde de Huimanguillo, Francisco Sánchez Ramos.

El ex periódico de la vida peninsular dedicó planas enteras para exhibir a Raúl Paz como el que pedía diezmos, pero ese rotativo ocultó que en su momento también lo hicieron Beatriz Zavala Peniche, Rosa Adriana Díaz Lizama, Daniel Ávila Ruiz y Mary Yoly Valencia Vales, como El Grillo dio a conocer en su momento.

El alto mando del Diario ordenó el linchamiento de Paz, quién sabe por qué inconfesables razones o motivos, dejando pasar de manera muy burda que los moches o el diezmo es algo común.

Está el caso del ex alcalde panista de Baca Renán Ceballos Sosa, a quien mediante un vídeo exhibieron en las redes sociales cuando recibía parte de su “diezmo”.

Así como estas historias que les narramos, abundan muchas más a lo largo y ancho del estado y de todo el país.