MÉRIDA.- La falta de sensibilidad y respeto a los derechos humanos, de parte de los Consejeros del Poder Judicial del Estado cobró la vida del actuario José Rafael Dzul Tec, que durante 10 meses fue obligado a trabajar “dializado”, manejando hasta de noche, porque no quisieron pensionarlo con el pretexto de que el Poder Judicial está en “quiebra”.

Dzul Tec falleció en el Hospital T-1 del IMSS, el miércoles en la noche, clínica a la que había ingresado mes y medio antes, luego que se le infectara la herida, debido a que tenía que curarse improvisadamente, en el lugar en donde estuviera.

Dzul Tec laboró durante 25 años en el Poder Judicial y era muy apreciado por sus compañeros, quienes ahora exigen que la Comisión de Derechos Humanos y la Secretaría del Trabajo y Previsión Social investiguen a fondo y sancionen ejemplarmente a esos funcionarios, “que más que abogados se comportan como caciques”.

De acuerdo con nuestros informantes, durante mucho tiempo, el finado estuvo destacado en el juzgado cuarto penal. Sin embargo, a raíz que se le detectaron unos divertículos, fue operado y le quitaron parte del intestino.

Andaba dializado y llevaba a todos lados su “bolsita” y medicamentos, porque los consejeros no querían pensionarlo dignamente, aduciendo que “el Poder Judicial está en quiebra”.

Los inconformes afirman que a cada uno de los seis consejeros, aparte de cobrar sueldos estratosféricos, reciben vales de despensa por más de cinco mil pesos mensuales, vales de gasolina por más de nueve mil pesos al mes (se mueven en los vehículos oficiales) y se han autoasignado tres millones de pesos cada uno para sus gastos, sin contar los jugosos salarios que cobran sus ayudantes o achichincles.

Los actuarios desempeñan sus labores en unos cuantos vehículos viejos, sin mantenimiento y en mal estado, pues los autos buenos desaparecieron.