PROGRESO.- Después de 20 años de apoyo constante, miles de pacientes han sido beneficiados por el apoyo de médicos podiatras que desde 1996 llegan a este puerto y operan a pacientes, cuatro veces al año, de modo que son decenas de los beneficiarios.

La historia de este apoyo comenzó ocho años después que azotó el huracán “Gilberto”, como resultado de las relaciones de amistad de las autoridades municipales de este puerto con Healeah, Florida, y por gestiones de la extinta Lila Cruz, residente de esa ciudad de Estados Unidos y quien había fijado su residencia en esta punto de la costa yucateca, un grupo de médicos podiatras de la Universidad de Barry comenzó a operar a pacientes con dolencias en los pies.

“Gilberto” azotó el 14 de septiembre de 1988 y la cubana Lila Cruz, enfermera de profesión, quien prestó sus servicios en clínicas de Florida, comenzó a gestionar apoyos para el puerto, obtuvo ayuda para damnificados de ese ciclón. De Estados Unidos se enviaron ropa, medicamentos, alimentos, entre otros apoyos.

Lila Cruz contactó con el doctor Charles Sotuherlan, de la Universidad de Barry, Florida, lo invitó y convenció para que dieran ayuda a niños progreseños con problemas en los pies, talones, zambos, entre otros problemas y los causados en los músculos inferiores por parálisis cerebral infantil (PCI).

Las gestiones de Lila Cruz, respaldadas por el Ayuntamiento que presidía Raúl Lara Caro, fructificaron y fue en julio de 1996 cuando se vieron los frutos de esa gestión.

El doctor Charles Sotuherlan, especialista en ortopedia, integró un equipo de médicos entre ellos el doctor Daniel Hatch y se trasladaron a esta ciudad, el 4 de julio de 1996, realizaron la primera cirugía a un niño con problemas en los pies. La cirugía se realizó en el hospital Agustín O´Horán, recordó el galeno, quien ayer sábado estuvo en la Unidad Básica de Rehabilitación del DIF Municipal donde se dan las consultas.

Para el doctor Charles Sotuherlan aún está fijo en su mente las gestiones que hizo Lila Cruz y el Ayuntamiento de hace 20 años, que ha permitido que a lo largo de dos décadas ese servicio médico altruista  continúe.

Entre el equipo médico fundador de podiatras que continúan viniendo a Progreso están los doctores Charles Sotuherlan y Daniel Hatch; el primero es el jefe de la delegación médica, quien explicó que a lo largo de 20 años han operado de los pies a 3,000 pacientes en su mayoría niños y han dado consultas a 15,000 (pacientes).

Las cirugías se realizan en el hospital de Ortopedia de la Cruz Roja en Mérida. Los médicos podiatras, vienen cuatro veces al año al puerto por cuenta propia, en cada viaje el costo es de 15,000 dólares, llegan los miércoles, operan jueves y viernes, los sábados dan consultas y retornan a la Florida los domingos.

La visita de los podiatras es cada tres meses, de modo que al año el gasto es de 60,000 dólares por los cuatro viajes que hacen, los cuales son financiados por la fundación Yucatan Crippled Children’s Project.

Ese Proyecto de los niños lisiados de Yucatán comenzó como una consecuencia de la ayuda humanitaria a Yucatán en 1988 después del paso del  huracán “Gilberto. La Universidad de Barry, tiene una clínica podológica, sus médicos residentes viajan a este puerto al mando del doctor  Sotuherlan.

Entre las pacientes que atendieron ayer en la UBRH del DIF municipal, estuvo Maria José Flota Irigoyen, quien padece PCI, la operaron de los pies hace 15 años y acudió para consultar y se le programe para otra cirugía.

Los podiatras atendieron ayer en consulta a 158 pacientes, entre ellos a vecinos de este puerto, Kanasín, Huhi, Tinún, Cantamayec Ixil, Sacalún y Chicxulub Pueblo.