MÉRIDA.- El estudio detallado de los cráneos humanos hallados hace poco más de dos semanas a un costado del Anillo Periférico, descartó que estén relacionados con la delincuencia, ya que se trata de osamentas antiguas, de principios de este siglo, informó el fiscal General del Estado (FGE), Ariel Aldecua Kuk,

“Los siete cráneos no presentan infiltrados hemorrágicos, esto es huellas de sangrados producidos por algún golpe, así como tampoco presentan fracturas antemortem o postmortem, lo cual dice que al momento de fallecer estas personas, fue por causas naturales”, subrayó.

Aclaró que continúa la investigación sobre el caso, analizando otras vertientes como el ubicar el punto donde fueron exhumados, y el motivo por el cual fueron extraídos, etc.

“Como parte de la investigación se ubicará el origen de los restos óseos hallados el pasado 24 de julio, es decir, de que cementerio fueron extraídos, al mismo tiempo se buscan pistas para determinar quiénes fueron los que exhumaron las tumbas”, acotó.

Señaló que de manera ilegal fueron extraídos de un cementerio, y llevaban cerca de una década de estar enterrados.

Lamentó el saqueo de las bóvedas que hay en los cementerios, pues es la única forma más factible de obtener este tipo de restos humanos.

El titular de la dependencia, afirmó que en tan sólo dos meses, ya se descubrieron 10 cráneos humanos, de los cuales, tres fueron parte de un acto de “brujería”, por la forma en que estaban.

Por lo pronto, dichas extremidades están resguardadas en la FGE, en espera de que algún familiar los reclame e identifique.

Indicó que el primer caso se registró el pasado 6 de junio, cuando personal del Ayuntamiento de Mérida descubrió tres cráneos al momento de realizar trabajos de limpieza en un terreno ubicado en la calle 5-C entre 20 diagonal y 20-A de Xcumpich, comisaría de Mérida, de los cuales, dos eran humanos y uno de cerámica.

El estudio preliminar efectuado revela que dichas piezas humanas formaron parte de un ritual, aunque no detalló del tipo, es decir, de tipo satánico, brujería, etc.

Posteriormente, el 12 de junio, a las 7 horas, Artemio Humberto Burgos Chel, de 71 años de edad, encontró un cráneo, con un cartelón con un mensaje escrito, los cuales estaban en la puerta de su casa, ubicada sobre la calle 44 entre 27 y 29, salida a Chenkekén, en Tizimín.

Detalló que en esta ocasión, el hecho ocurrió el 24 de julio, poco después de las 19 horas, en el kilómetro 36 del Anillo Periférico, hallazgo que estuvo a cargo de dos motociclistas que en ese momento deseaban ingresar dentro de la maleza.

Especialistas de la FGE efectuaron un estudio en los alveolos dentales de cada uno de los cráneos hallados, y se encontró que se trata de senescentes, pues era marcada la erosión de estas piezas bucales.

Asimismo, el análisis hecho se descartó marcas post mortem, es decir, daños al ser exhumados y luego depositados en una de las laterales del distribuidor vía del fraccionamiento Francisco de Montejo.

Durante el peritaje en el lugar de los hechos, estos restos óseos no estaban en bolsas, no tenían documentos escritos o símbolos hechos en el lugar de los hecho, y tampoco habían veladoras, u otros artefactos característicos.

Luego de recoger la evidencia en el lugar, elementos de la Dirección de Servicios Periciales trasladaron los restos óseos a las instalaciones de la FGE, en donde se les aplicaron pruebas antropológicas, antropométricas y de tafonomía, las cuales arrojaron que tres de los siete cráneos eran de personas del sexo femenino y cuatro, del sexo masculino.

Por medio de estudios de suturas craneanas, que es el análisis de las uniones que existen entre los diversos huesos del cráneo, se determinó que al momento de fallecer, las mujeres tenían entre 55 y 70 años mientras que los varones tenían entre 50 y 70 años.

Asimismo, informó que cinco de estos cráneos se encontraron con mandíbula y dos sin ella.

Las pruebas de tafonomía, así como los restos de lodos, tierra roja y la erosión que se observó en los restos óseos, revelaron que los huesos estuvieron enterrados por más de diez años en algún cementerio.

Y.A.-