ARGENTINA.- Es clave cuidar la alimentación, tanto antes como después del ejercicio, así como tener una buena hidratación.

Lo primero y más importante a tener en cuenta es nunca iniciar la actividad con el estómago vacío, ya que se puede sufrir fatiga, debilidad en las piernas o incluso una baja de presión arterial.

No obstante, tampoco es bueno hacerlo después de haber comido de más: como en todo, la clave está en el equilibrio.

Los especialistas recomiendan consumir una porción de hidratos de carbono de absorción lenta, con un aporte de entre 150 y 200 calorías, según el peso corporal de la persona. De este modo, vas a tener una buena dosis de glucosa en el cuerpo para afrontar la actividad. Algunas opciones son: cualquier tipo de pastas, legumbres, arroz o cereales integrales.

En caso de tener un entrenamiento extenso o una carrera larga, habrá que consumir algún snack a mitad de la misma: una vez más, los adecuados son los hidratos de absorción lenta como, por ejemplo, una barrita de cereal. Importante: No te olvides de tomar agua a cada rato.

Ya para después de la práctica, lo más recomendado es ingerir frutas como bananas, uvas, manzana o un pomelo, ya sea de forma natural y fresca o bien en licuados.

En su justa medida, también se podrá recurrir a un puñado de nueces, almendras, pasas de uva o incluso una barrita de chocolate. Este tipo de alimentos ayudarán a los músculos y al cuerpo a su recuperación.

Por otra parte, es importante tomar más agua o bien alguna bebida deportiva para ayudar a recuperar los líquidos y las sales minerales perdidas.

Durante los períodos de entrenamiento, recuerda que las proteínas son esenciales, pero como su digestión es más lenta, es mejor consumirlas después de la actividad. El pollo, las carnes rojas, los huevos, las legumbres, los pescados y los lácteos y sus derivados son fuentes de proteínas.

TKM.-