MÉRIDA.- Roberto Carlos ofreció en El Coliseo Yucatán una noche llena de “Emociones” y “Detalles”, dejando en claro desde el principio que ese gran momento nunca lo olvidará: “Amigos yo gané, tristezas yo sentí… partiendo”.

Qué placer, qué gusto tenernos aquí en Mérida, gracias por este amor, por este cariño y todas esas cosas que he recibido de ustedes –dijo al saludar a más de siete mil admiradores que se convirtieron en multitudinario coro de parajitos cuando interpretó sus éxitos logrados hace más de 50 años, como “El gato”, “Un Millón de amigos”, “Cóncavo y convexo”, “Detalles” y “Yo te propongo”.

Ante un escenario blanco y azul, el famoso cantante de 75 años de edad que rompió récords de asistencia en su natal Brasil y el mundo, señaló:

Gracias por haber venido, gracias por todo lo que me han dado. Cada vez que nos encontramos tengo ganas de preguntar: Qué será de ti, necesito saber hoy de tu vida…”

Desde ese momento, Mérida registró una noche perfecta: Roberto Carlos desgranó las letras de sus canciones más famosas con una voz cálida, fresca, seductora y juvenil, igual que hace 58 años.

Describir el último concierto en México del Tour Primera Fila, ya que después Mérida se trasladaría a Brasil para terminar la gira mundial, es algo difícil, porque Roberto Carlos sedujo con sus letras, sus ocurrencias, su música y decenas de rosas que obsequió a sus admiradoras, a manera de despedida después de interpretar “Jesucristo”.

Intentó despedirse, pero la multitud congregada en El Coliseo, donde en 2014 Roberto Carlos logró un éxito impresionante, hizo retumbar el recinto con sus gritos de “otra, otra, otra”.

Y entonces, volvió al escenario para interpretar “Amada amante”, “Un millón de amigos” y “Solamente una vez” de Agustín Lara.

La noche fue perfecta también para el Rey del Romanticismo, porque se despidió feliz y muy agradecido por tanto derroche de cariño y admiración, “Mérida es igual que México, siempre me festejan”.

¿El público? Más feliz, su aplauso final dejó entrever: “lo importante es que emociones viví…”

Por Martha López Huan