MÉRIDA.- El supuesto halcón del grupo delictivo los “Zetas”, Eric Armando Osorio Bárcenas, fue informado que en breve de le sentenciará por haber matado de un tiro y a sangre fría al taxista Adrián Armando Sosa Chávez, crimen ocurrido el 8 de octubre de 2011. La juez primero penal, Rubí Guadalupe González Alpuche emitrá la condena contra este sujeto.

Quince días antes del homicidio, Osorio Bárcenas se desempeñaba como “halcón” en el puerto de Veracruz, es decir, trabajaba para los “Zetas” para vigilar el movimiento de cierto personal del Ejército y de la Armada de México, para proporcionar la información a un contacto al que nada más conocía por su sobrenombre.

Arribó a Mérida, junto con su pareja, Lucía Guadalupe Galot Montoro, para “cambiar de vida” y empezó a vivir en la casa número 380 de la avenida 51 entre 56 y 58 del fraccionamiento Francisco de Montejo, con uno de sus tíos, que es dignatario de la iglesia mormona.

El 8 de octubre de ese año, a las 11 de la noche la pareja salió del predio y acudió a la disco “Noosfera”, pero el sujeto llevó una pistola 9 milímetros, que trajo de su tierra dizque para “cuidarse de sus enemigos”.

Al salir del antro abordaron un taxi del FUTV, que era manejado por Sosa Chávez, al cual le pidieron que los llevara a un cajero Banamex para sacar dinero que le había depositado su madre, la cual es agente del Ministerio Público en Veracruz. Fueron a varios cajeros hasta que el taxista se puso difícil y les dijo que no los llevaría a ningún lugar más si no le pagaban.

La mujer Galot Montoro le ofreció un billete de 20 dólares, que el tacusta no aceptó porque el “servicio”, hasta ese momento, había ascendido a 300 pesos y le pidió a Osorio Bárcenas que le entregara su blackberry.

Obviamente, el veracruzano no aceptó y siguieron su rumbo hasta llegar a la calle 56 por 49-D del fraccionamiento Francisco de Montejo, en donde aprovechó para darle un balazo en el cuello, pues el taxista había amenazado con llamar a la policía y como sabía que tenía cuentas pendientes con la justicia mejor lo mató.

La pareja, de acuerdo al reporte oficial, ya había sido detenida “por motivos diversos” y recuperado su libertad, pero posteriormente se les aprehendió cuando intentaban abandonar Yucatán.

Galot Montoro salió libre, gracias a un amparo, que en un principio “congeló” el caso, pues fueron arraigados y el criterio de una juez federal se oponía a dicha medida.