MÉRIDA.- Once años y cuatro meses de prisión fue la condena que se le impuso al supuesto halcón veracruzano Eric Armando Osorio Bárcenas, por el crimen del taxista Adrián Armando Sosa Chávez, ocurrido el 8 de octubre del 2011.

Fue la juez primero penal, Rubí Guadalupe González Alpuche quien emitió condena por el delito de homicidio simple contra ese sujeto, al establecer que no fue del todo su culpa del suceso que lo involucró.

Igualmente lo condenó al pago de 169,115 pesos por concepto de reparación del daño y no le otorgó beneficios de sustitución de sanciones. La condena empezará a contar desde el 17 de septiembre de 2011, fecha en la cual fue detenido este sujeto,

La denuncia fue interpuesta por Carolina del Socorro García Castro.

Resulta que Osorio Bárcenas llegó a Mérida, junto con su pareja, Lucía Guadalupe Galot Montoro, para cambiar de vida y empezó a vivir en el predio número 380 de la avenida 51 entre 56 y 58 del fraccionamiento Francisco de Montejo con uno de sus tíos.

El 8 de octubre de ese año, la pareja salió del predio alrededor de las 11 de la noche y acudió a la disco “Noosfera” llevando el arma 9 milímetros que trajo de su tierra.

Al salir del antro abordaron un taxi del FUTV, que era manejado por Sosa Chávez, al cual le pidieron que los llevara a un cajero Banamex para sacar una lana que le había depositado su madre, la cual es agente del Ministerio Público en Veracruz.

Fueron de cajero en cajero hasta que el taxista se puso difícil y les dijo que no los llevaría a ningún lugar más si no le pagaban. La mujer Galot Montoro le ofreció un billete de 20 dólares que el chofer no aceptó porque el “servicio”, hasta ese momento, había ascendido a 300 pesos y le pidió a Osorio Bárcenas que le entregara su blackberry.

Obviamente, el veracruzano no aceptó y siguieron su rumbo hasta llegar a la calle 56 con 49-D del fraccionamiento Francisco de Montejo, en donde discutieron y aprovechó para darle un balazo en el cuello, pues el taxista había amenazado con llamar a la policía y como sabía que tenía cuentas pendientes con la justicia mejor lo mató. Galot Montoro salió libre, gracias a un amparo.