MÉRIDA.- Entre los dos principales partidos políticos del estado –PRI y PAN-, doce políticos tienen en mente la alcaldía, aunque varios la buscarían como una segunda opción, en caso de no alcanzar un objetivo mayor, aunque para el tricolor el reto de ganar “la Joya de la Corona” se ve como una tarea titánica.

En el tricolor suspiran cuatro y dos verían la candidatura a la alcaldía como un “premio de consolación”, en caso de no alcanzar una candidatura mayor, como lo son Mauricio Sahuí Rivero y Víctor Caballero Durán. Los suspirantes son Celia Rivas Rodríguez, Ricardo Béjar, Jorge Esquivel Millet y Francisco Torres Rivas, que tiene como principal enemigo a su pasado reciente, como secretario de Obras Públicas.

Entre los panistas la lista ya se amplió y ahora hasta el llamado doctor “Diablito” Manuel Díaz Suárez quiere ser alcalde, a pesar de su pasado corrupto; la lista la completan Cecilia Patrón Laviada, “reina de los noches” y de la corrupción en el PAN; Víctor Hugo Lozano Poveda, protector de gente a la que han pescado en chanchullos; Mauricio Díaz Montalvo, Renán Barrera Concha y Elías Lixa Abimerhi.

Sin embargo, todos estos panistas deben tomar en cuenta que el suspirante natural, en caso de no buscar la candidatura del gobierno del estado, es el alcalde Mauricio Vila Dosal, quien buscaría reelegirse, y si lo hace hay un 90 por ciento de probabilidades que el CEN panista lo designe aspirante, a fin de evitar desgastes y pleitos internos.

Faltan 20 meses para la elección y todo puede pasar, porque la política es tan sucia que el que menos se imagina uno puede quedar con el premio mayor. Sin embargo, hasta ahora así van las cosas y muchos tienen sueños de grandeza, que a veces se convierten en un amargo despertar, como le pasó a Renán Barrera y a Nerio Torres Arcila, en la elección anterior.

Los suspirantes tricolores

Los secretarios de estado, Mauricio Sahuí Rivero y Víctor Caballero, uno de Desarrollo Social y el otro de meridaEducación, respectivamente, se encuentran muy activos en todo el estado, pues ambos buscan la candidatura para el Gobierno del Estado. Pero entre sus segundas opciones estaría buscar la Joya de la Corona; para Mauricio Sahuí sería una muy buena opción ya que ese siempre ha sido su anhelo, y para Víctor Caballero sería como un premio de consolación.

Para la diputada local Celia Rivas, quien a pesar de ser vista como la promotora de la nombrada Ley AntiUber, es mencionada para diversos puestos de elección popular, entre ellos ser la abanderada del PRI en la ciudad de Mérida. Ella sigue en su papel de presidenta de la Junta de Gobierno del Congreso del Estado y en su trabajo en el distrito que la eligió, el VII

Sin tanto capital político, pero con fuertes aspiraciones está el actual delegado federal del Trabajo, Ricardo Béjar, quien hace su “luchita” porque lo volteen a ver como una opción; un punto destacable del funcionario es que durante su paso como dirigente del PRI en Mérida se logró recuperar la alcaldía de la ciudad capital.

Otro que igual suena, pero “bajita la mano”, es el consejero jurídico del estado, Jorge Esquivel Millet, un abogado egresado de la UADY, que fue candidato del PRI y el Verde a diputado por el IV Distrito Local, y estuvo a punto de ganar ese supuesto bastión panista al infumable Elías Lixa.

Finalmente, el diputado federal Francisco Torres quiere ser el candidato, aunque cuando los panistas le saquen sus “trapitos sucios”, que son muchos, le afectarán su imagen. Se dice que ganó la diputación como parte del acuerdo cupular entre PAN y PRI para que el tricolor tenga mayoría en la Cámara de Diputados.

La caballada panista

El edil Mauricio Díaz quiere ser el candidato del PAN y ya trabaja para lograrlo, tarea en la que tiene el apoyo de Valor Azul, un grupo que crece muy rápido en esta ciudad y en el interior del estado. La 1aprincipal virtud de Mauricio es que es una cara joven con trayectoria limpia.

Cecilia Patrón, la verdadera creadora de Mario Miller Encalada, que viven haciendo moches e inflando precios de obras públicas, sueña con ser alcaldesa, porque así llenaría sus bolsillos a manos llenas, como lo hizo a su paso por la delegación de Sedesol.

Víctor Hugo Lozano suspira y, aunque tiene un grupo de trabajo algo respetable, varios de sus seguidores han sido pillados en chanchullos, el mismo es señalado que formó parte de un grupo que extorsionaba a empresarios, a cambio de estudios de impacto ambiental.

Aunque suspira, cegado por la soberbia, el diputado local Manuel Díaz no alcanza a ver que tiene mínimas oportunidades de ser electo, ya que es visto por los panistas como soberbio y prepotente. Su pasado es de actos de corrupción, como el Grillo ha dado a conocer.

Elías Lixa, en quien la soberbia se hizo carne, suspira por la alcaldía, pues se siente tocado por Dios, pero en realidad es un tipo sin carisma, que en la elección anterior del consejo panista fue de los 10 que quedaron fuera, en un acto de vergüenza, porque ni sus compañeros votaron para que integre ese órgano blanquiazul.

Finalmente, si a Renán Barrera no le alcanza para ser el candidato a gobernador, como sueña, anhela y desea, buscaría de nuevo la alcaldía, porque ya sabe que es una mina de oro para los corruptos, a través de negocios sucios y numerosos chanchullos. Sin embargo, le puede pasar como al perro de las dos tortas: quedarse sin ser candidato a gobernador y a alcalde y conformarse con una diputación local o federal.