MÉRIDA.- Debido a su prepotencia y falta de tacto con la gente, el delegado de SEDATU en Yucatán, William Sosa Altamira, logró que le recorten el presupuesto a la delegación, con lo que puso en riesgo varios programas y como consecuencia se ha despedido a personal de forma indiscriminada.
Además, varios empleados aseguran que William Sosas se peleó desde principios de año con gente de oficinas centrales, debido a que es prepotente y que incluso dice que Rolando Zapata (gobernador) hace lo que le aconseja; los chilangos lo castigaron con el recorte a su presupuesto.

También se dice que las oficinas centrales le enviaron una base de datos por municipio, en la que se indicaba quienes eran las personas que presentaban más carencias y hacinamiento para trabajar con ellas, pero la delegación dejó que cada alcalde pusiera a quien quisiera, aunque no necesitaran el apoyo. Además, aunque el precio por casa era de $40 mil, Wílliam Sosa dejó que se liciten a 45,000.

El recorte en el presupuesto federal para la delegación de la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (Sedatu) en Yucatán tiene en crisis a la dependencia, ya que tuvo que despedir al 60% de su nómina, y no cuenta con recursos para pagar la renta de su local, para el mes en curso, la cual asciende a 140 mil pesos.

Esto se suma a que la Sedatu, bajo la dirección de William Sosa, en el ejercicio 2016 no cumplió con el pago correspondiente a las aportaciones Federales a los municipios, en lo que corresponde al programa de Infraestructura 2016, de modo que dejó “colgados” a los municipios que trabajaron en ese año, pues a unos sólo les deposito el 50% y a otros el 80% de las participaciones federales, de modo que cayeron en un subejercicio, pues no aplicó todo el dinero aprobado y por ende las obras no se han terminado; los municipios trabajaron hasta donde pudieron con su propia aportación.

Respecto a las casas para combatir el hacinamiento, también hubo problemas porque hasta ahora la Sedatu no ha aportado la parte correspondiente y dejó “colgados” a más de 50 constructores, quienes están inconformes porque no les han pagado, pero el IVEY les pide avances en las obras, de modo que se endeudaron para estar al día con la construcción de los cuartos adicionales, para lucimiento del delegado, cuando la realidad es otra y la inconformidad crece más.

De acuerdo con fuentes confiables, a los más allegados al gobierno o al delegado ya les pagaron hasta un 70%, mientras que la mayoría ha recibido de 35% o 45 %. También se desconoce a ciencia cierta qué ocurrió con el dinero federal, ya que es un dinero aprobado y designado para el estado, recurso que no aportó en su totalidad.