MÉRIDA.- Como moderno ceniciento, Luis Manzanero Villanueva, suspirante a dirigir al PRD estatal, cambió su vida radicalmente cuando su príncipe azul se presentó en forma de una diputación local, que le regalaron sus padrinos políticos Alejandro Cuevas Mena y Eduardo Sobrino Sierra.

El “Chino”, como se le conoce, era usado por David Barrera Zavala, ex presidente estatal y ahora diputado local, para irle a comprar su puritos a un puesto del Pasaje Pichetas; Cuevas Mena también lo usaba para mandados y como chofer.

El “Chino” vivía de forma sencilla, incluso todavía pagaba su modesta casa de fraccionamiento y vestía de forma muy sencilla, cuando llegó al cargo de diputado. Apenas logró la diputación, cuando no había ni tomado posesión se compró auto nuevo.

A partir de que llegó al cargo de diputado cambió radicalmente su estilo de vida: se compró otro auto, de modo que uno era para él y otro para su esposa; se cambió de casa y se pasó a vivir a una residencia de Leandro Valle, que tiene piscina, y compró muebles nuevos.

De beber cerveza, el “Chino” comenzó a tomar whisky, se fue a Disneylandia con su familia y con Alejandro Cuevas y su familia; ahora sólo va a comer a lugares de “categoría”.

Ahora, el “Chino” es promovido por sus mismos padrinos para el cargo de presidente estatal perredista, aunque ya no lo apoya David Barrera, quien cuando fue presidente del partido del Sol Azteca hizo “bisnes”.

Luis Manzanero quiere prolongar su sueño de ceniciento, por medio del cargo de presidente estatal del PRD y para ello enfrentaría a Leydi Castro Gamboa, ex alcaldesa de Xocchel, quien ha hecho lana y no repara en nada con tal de alcanzar lo que desea.