MÉRIDA.- El mininarco Oscar Alejandro Castro Llanes (a) “Sapo” (a) “Tractor”, resultó una auténtica “alhaja” a la que el Nuevo Sistema de Justicia Penal le ha echado la mano, pues después que fuera dejado libre por una juez se convirtió en ladrón.

Al salir del Hospital O’Horán, el lunes en la mañana, se ejecutó en su contra una orden de aprehensión por el delito de robo calificado cometido en pandilla, por un atraco en la empresa “San Jacinto”, dedicada a los banquetes, tacos y parrilladas a domicilio.

En la madrugada del jueves 9 de febrero, le cortaron el cuello mientras dormía en su casa de la colonia Hacienda San Antonio. Por el delito de robo fue denunciado por Christian Alejandro Worbis Covián.

Como publicamos, el 2 de septiembre pasado Oscar Alejandro, fue sometido a proceso penal por delito contra la salud en su modalidad de narcomenudeo de marihuana.

Fue aprehendido cuando le vendía la droga a Sandy Aremy Kinil Pacho, cerca de dos escuelas del fraccionamiento Paseos de Itzincab. Se le encontró casi cuarto de kilo de la hierba y enseguida fue dejado libre, para que vuelva a delinquir.

Después del robo, alguno de sus cómplices, molesto por la repartición del botín, lo quiso matar, pero no logró su cometido y lo dejó herido de la garganta.

Sus compinches en este robo son Daniel Jesús C.C. y los apodados “Yashiro”, “Cobra” y “Saiko”.

Al respecto, la juez Elsy del Carmen Villanueva Segura le impuso, como medida cautelar, prisión preventiva durante cuatro meses y estableció la audiencia de vinculación para el sábado 18 del presente.

El robo fue en la madrugada del viernes 14 de octubre pasado, cuando los sujetos arribaron al negocio antes mencionado, ubicado en la colonia Petcanché, a bordo de una camioneta Voyaguer de color dorado.

Lograron abrir una ventana y flanquearon el paso a los demás y ya en una oficina vieron una caja fuerte que empezaron abrir.

Al revisar el lugar, encontraron un rehilete y empezaron a cortar la caja fuerte, tardando más o menos una hora hasta que lograron abrirla, apoderándose de la cantidad de 293,000 pesos en efectivo que se encontraba en el interior de la citada caja, producto de las ganancias y de un préstamo que le hicieron al agraviado por su padre.