MÉRIDA.- Daddy Yankee no necesitó ningún protocolo para hacer vibrar a más de 30 mil almas reunidas en el Centro de Espectáculos Montejo, pues desde el inicio del concierto lo dijo todo: “Tamo’ en vivo. Sube, sube, sube, el mic, mic, que vamo’ que vamo’, que vamo’ pa’ la jodedera a full baby. Shaky, shaky…”

Las pantallas, el imponente juego de luces y sus bailarines dejaron cautivos a la multitud que gozaba el vaivén del regguetonero mientras saludaba con su “Shaky Shaky”.

–Gracias Mérida, gracias por disfrutar con sabor y color este Carnaval –comentó antes de ejecutar otro de sus éxitos: “Rompe”.

Cargado de energía y explosividad, aseguró: “Los capos están ready. Las mamis están ready. En la calle estamos ready. ¡En Mérida estamos ready! Yeah yeah estamos ready. Los barrios están ready One, two, get ready come on!

La música fue el puente que unió al artista con el público yucateco y de otros estados, como Tabasco, Campeche y Quintana Roo, que llegaron para disfrutar el concierto de Daddy Yankee y el Carnaval de Mérida.

–Valió la pena la espera –revelaron jóvenes originarios de Tabasco, que sin ningún pudor movían la cadera, alzaban los brazos y bailaban al ritmo que imponía Daddy Yankee.

El éxtasis llegó cuando el puertorriqueño, comentó: ”Es la primera vez que cantaré en vivo ´Despacito´, espero lo disfruten…”

Y vaya que sí disfrutaron el éxito más reciente que grabó con Luis Fonsi y que se mantiene como el vídeo más visto en You Tube en las últimas dos semanas y ocupa la posición #1 en el Hot Latin Song Chart de Billboard.

Durante una hora, miles vibraron, aunque fue insuficiente, porque la multitud llegó desde 16 horas para entrar a las 21, cuando abrieron las puertas del Centro de Espectáculos Montejo.

Dos horas y media después, llegó la sensualidad y ritmo del regguetonero que comenzó en Mérida su gira internacional.

De acuerdo con su agenda, después de Mérida sigue Argentina, Uruguay, Roma, Milán, Amsterdam, Zurich y otras ciudades de Europa.

Esperar a Daddy Yankee no fue tan difícil, porque los patrocinadores obsequiaban bolsas, lentes, tatuajes y posters con imágenes de los invitados.