GUADALAJARA.- Neurólogos del Centro Médico Nacional de Occidente del Instituto Mexicano del Seguro Social, en el estado de Jalisco, anunciaron hoy que prueban, hasta ahora con éxito, un tratamiento electrónico para que niños con epilepsia de difícil control tengan menos crisis y no dependan de fármacos.

El 70% de los casos de epilepsia comienzan en la infancia.

Francisco Mercado Silva, neurólogo pediatra de la Unidad Médica de Alta Especialidad (UMAE) en el Hospital de Pediatría del Centro Médico de Occidente, dijo que en enero pasado implantaron dispositivos electrónicos que estimulan el nervio vago para inhibir los ataques a dos pacientes con dicha enfermedad.

Tenemos esta tecnología que es el estimulador vagal, y es una opción porque permite que se reduzca el número de fármacos”, afirmó el médico en conferencia de prensa.

En México, 20 de cada mil personas padecen epilepsia y 70 por ciento de los casos comienzan en la infancia debido a causas genéticas, traumatismos, secuelas de infecciones cerebrales o falta de oxígeno al nacer, explicó Mercado.

Una cuarta parte de los casos de epilepsia pediátrica son considerados de difícil control, ya que el menor no mejora con ningún tipo de medicamento, lo que hace que su salud, su estado cognitivo y su desempeño escolar se deterioren cada vez más.

En la UMAE, con sede en Guadalajara, capital de Jalisco, los neurólogos reciben cada mes hasta 200 menores con epilepsia de difícil control provenientes de al menos seis estados del norte y occidente del país.

Del total de pacientes epilépticos, 60 por ciento controlan su enfermedad con uno o dos medicamentos, 20 por ciento deben experimentar tratamientos con tres o más fármacos, y una proporción similar no logra mejorar con ningún fármaco existente y sus crisis epilépticas se presentan cientos de veces en un mismo día.

Angélica Andrade Aguilera, neurocirujana de la UMAE, explicó que el nuevo tratamiento electrónico está indicado para este tipo de pacientes y sustituye además otros procedimientos médicos como el uso de cortisona e incluso la cirugía cerebral, los cuales tienen efectos secundarios o dejan secuelas.

Esta es la primera ocasión en que especialistas del Centro Médico Nacional de Occidente realizan este procedimiento, aunque el tratamiento ha sido probado antes en pacientes de las ciudades de:

                 Aguascalientes
Monterrey
Así como en el Hospital Militar de Ciudad de México.

Se trata de un dispositivo del tamaño de un reloj que es implantado en una cirugía poco invasiva y es “conectado” al nervio vago ubicado en el cuello, con el propósito de darle impulsos eléctricos que van al cerebro e inhiben de manera progresiva el desarrollo de ataques o crisis epilépticas.

Ese dispositivo se programa para que esté mandando estímulos cada determinado tiempo y así no se corre el riesgo de que el paciente olvide tomar la dosis del medicamento, y por supuesto nos da una mayor calidad de vida del paciente y que pueda integrarse a la sociedad”, expresó Andrade.

Los estímulos se ajustan cada mes según la mejora que muestre el paciente y en caso de que haya una crisis, los padres o el adulto que lo cuida pueden hacer uso de un imán externo que ayuda a eliminar el ataque cuando lo pasa sobre la zona en que está el dispositivo.

Uno de los menores que recibió el implante ha disminuido en menos de seis meses el número de crisis de 300 en un solo día a una al mes, indicó su papá, Miguel Ángel Iberri.

Se espera que en el transcurso de un año el pequeño de siete años aminore el consumo de medicamentos y en dos años o más pueda incluso dejarlos, aunque deberá continuar con una dieta especial.

Los médicos de la UMAE prevén beneficiar el próximo año a dos o más niños con este tipo de tratamiento, aunque ello dependerá del presupuesto que el Instituto Mexicano del Seguro Social destine para tal fin.

EFE