CHINA.- Tras cuatro embarazos interrumpidos, una asiática perdió la vida debido al número de intervenciones a las que se sometió a lo largo de un año.

Su esposo no quería tener niñas debido a la reforma de la ley de ‘hijo único’ en China. Y, aunque ya tenía un varón, obligó a su mujer a someterse a una técnica avanzada de rayos X para conocer el sexo de los bebés.

Al enterarse que eran mujeres, la orillaba a realizarse un aborto. Además, cuando la joven cayó enferma, solicitó el divorcio y se volvió a casar.

South China Morning Post.-