MÉRIDA.- Aunque los animales de compañía no convencionales, o —mal llamados— mascotas exóticas, tienen en general las mismas necesidades que nuestros perros y gatos, como  alimento y un lugar para resguardarse, su presencia en la casa en muchas ocasiones plantea un reto, pues se suele desconocer sus requerimientos particulares.

Para el hurón, por ejemplo, el alimento es muy específico “porque es un carnívoro estricto, es más alto su requerimiento nutricional que el de un gato”, afirma el médico veterinario José Antonio Gómez Ríos, especialista en Fauna por la UNAM.

Cuando se le da a comer productos inadecuados para él, como croquetas para gato con muchos cereales, aparecen en este pequeño mamífero problemas como insulinoma (tumor pancréatico), males gastrointestinales y diarreas crónicas.

Gómez Ríos señala que en el 80% de las consultas veterinarias de animales no convencionales se tratan padecimientos relacionados con la nutrición y el ambiente inadecuado. “En los loros es muy común que me digan que estornudan mucho. Esta gripita muchas veces se da por deficiencia de vitamina A, porque solamente comen girasol y el girasol está contraindicado en ellos”.

“En reptiles es la descalcificación, normalmente porque no reciben el sol o la temperatura no es la apropiada. Las tortugas llegan con los ojos hinchados, es por una deficiencia de vitamina A porque las alimentan, por ejemplo, con camaroncitos secos que no tienen los nutrientes que necesitan”.

Si se trata de mamíferos, el médico veterinario cita los casos de conejos y cuyos, que llegan a tener males dentales “porque la gente les da cosas para que muerdan pero no para que masquen”.

“Si no se les da heno, sólo conejina, va a haber problemas nutricionales, crecimiento de muelas e incluso los animalitos podrían morir porque no comen. Un conejo o un cuyo que no come en 24 horas es una emergencia médica, sobre todo si tiene diarrea”.

El ambiente inadecuado les crea problemas de comportamiento, como ocurre con los loros que viven en jaulas estrechas o a los que se les impide desarrollar el repertorio conductual de su especie, y como consecuencia llegan a arrancarse las plumas o gritan todo el tiempo.

Saber cuándo están enfermos no siempre es fácil. “Los mamíferos somos muy parecidos”, añade Gómez Ríos. “Si al hurón le duele algo lo va a externar: va a estar más tiempo quieto, si se le toca la panza y le duele va a lanzar una mordida como un perrito, se va a quejar, puede disminuir su consumo de alimento, va a haber estornudos, vómito…”.

Aves y reptiles “tienen muy arraigado el instinto de preservación: el que demuestra estar enfermo es al que se van a comer, entonces aparentan estar sanos hasta que están muy mal”.

“Si el loro fue criado a mano desde polluelo y tiene mucha interacción con nosotros rápidamente vamos a saber si está enfermo porque detectaremos que no está cantando, está ronco, no está comiendo el elote que le gusta, no está defecando como debería o todo el día está esponjado”.

Por esa razón, “la consulta preventiva para las aves es muy importante”.

“Los buenos propietarios de reptiles están pendientes de la humedad, de si comen o no, de cómo hacen. La gran mayoría va a notar si su animalito tiene moco, come o defeca raro”.

A quienes están pensando en adquirir un animal de compañía no convencional el médico veterinario les hace las siguientes recomendaciones:

1) Informarse sobre el animal que se elige: qué come, cuáles son sus necesidades de ambiente, cuál es su repertorio conductual básico, a qué se pueden enfrentar con él.

2) Averiguar dónde se puede adquirir de manera legal, a fin de evitar las infecciones asociadas con la vida libre.

3) Garantizar que hay un especialista que lo podrá atender en caso de emergencia.

El médico Gómez Ríos subraya que las limitantes “deben poder más antes de tomar a un animalito que se me va a enfermar, morir o voy a acabar regalando”. (Diario de Yucatán)