Mérida.- La entrenadora de la selección de nado sincronizado, la cubana Ivette Bacallao maltrata física y psicológicamente a las atletas por lo menos desde el 2014, aunque durante todo ese tiempo ha sido protegida por el IDEY, pese a las denuncias penales ante la FGE y la Promedefa, así como las quejas ante la Comisión de Derechos Humanos de Yucatán, informaron varios padres de familia.

 

En las investigaciones de la FGE, las niñas declararon que han recibido golpes, gritos e insultos por parte de la entrenadora, quien se desquita de esa manera de las denuncias que los padres han puesto en su contra.

Además, especialistas de la Codhey y de la Promedefa concluyeron que sí son maltratadas, pero el IDEY no ha suspendido, separado o despedido a la entrenadora antillana.

“Nos dicen porque no nos quejamos antes, pero eso no es cierto, la primera denuncia la hicimos desde mayo del 2014, seis meses después de que la entrenadora Ivette Bacallao tomó el cargo por parte del Idey”, dijo la señora Vanessa Gutiérrez, una de las inconformes.

Describieron que sus hijas destacaron con medallas en la Olimpiada Nacional y un evento internacional, pero dejaron de entrenar al concluir el evento nacional.

“Hubo reconocimientos a los medallistas, pero en el caso de nado sincronizado fueron relegados por los problemas de la entrenadora”, dijo otra de las madres.

Contaron que la denuncia ante la FGE ya tiene curso y están esperando que concluya para dar a conocer más detalles, ya que las cosas que contaron las deportistas son muy graves.

“Algunas recibieron golpes en el estómago, con garrafones de agua y de lápiz en la boca, son cosas terribles”, contó la señora Carla Garma Paredes.

Señalaron que el Idey protege a la entrenadora Ivette Bacallao porque se tuvo una cosecha muy buena de medallas en este 2017, pero lo que no reconocen es que las chicas de infantiles fueron las que ganaron más preseas, y que están asesoradas por otra entrenadora.

Uno de los padres, Rolando Rodríguez, dijo que lo que piden es que la entrenadora sea removida del cargo, que las niñas regresen a entrenar en un ambiente serio, seguro y de respeto, y que no haya represalias a las niñas cuyos padres demandaron a la entrenadora.

Otro papá, Francisco Conde, dijo que lo único que quieren es que sus hijas sigan en su deporte favorito, pues si la demandas no proceden, tendrán que dejarlo.