MÉRIDA.- A más de una semana del terremoto que sacudió a varios estados, el Poder Judicial del Estado por fin se acordó de las víctimas fatales y mandó instalar moños negros en señal de luto, en sus principales sedes de justicia penal.

Sin embargo, esta medida, en lugar de ganar la simpatía de la gente y de los trabajadores de estas instituciones, generó la crítica amarga, pues varias personas dijeron que “es verdad esos moños, en Yucatán la justicia ya se murió”.

Esto porque la población está harta de la impunidad que brinda el Nuevo Sistema de Justicia Penal al delincuente, que no tarda mucho en agraviar a la sociedad.

También dijeron que los jueces recibieron llamadas ayer, de sus superiores, en el sentido que al personal que vean que llegue a trabajar con conjuntivitis lo manden enseguida a sus casas para evitar la propagación de la enfermedad.

Aunque esto no está del todo mal, sí lo es el hecho que una de las principales medidas para combatir la propagación del mal es el lavado constante de manos y contraria a las demás acciones de higiene personal por brotes de otras epidemias, en esta ocasión el Poder Judicial sólo se concretó en accionar por palabras.

Esto es, no ha mandado llenar los dispensadores de gel antibacterial en todas las áreas públicas de los juzgados, porque no es desconocido que estos lugares tienen mucha afluencia de gente que está enferma.

Los dispensadores se mantienen secos desde hace muchos meses y en son de broma han comentado: “Vamos a tener que hacer una coperacha para comprar gel, no ven que desde principios de año el Consejo de la Judicatura del Poder Judicial del Estado está quebrado y no tiene dinero para cubrir los gastos mínimos”.