PROGRESO.- Los teporochos sólo cambiaron de lugar para hacer desmanes, riñas y agresiones entre ellos, ya que ahora realizan esas acciones en un campamento que instalaron en el playón poniente de este puerto, por la calle 88, casi frente el local social de la CTM.

Estos sujetos, que dan mala imagen al principal puerto del estado, fueron expulsados de las playas del malecón, del atracadero de los pescadores y del muelle de arcos.

El domingo en la madrugada, la teporocha Isabel Abán Castro, conocida como “La maestra”, fue lesionada con arma blanca por uno de sus compañeros, quien fue protegido por los demás, pues no revelaron su nombre y dijeron a los policías que no sabían como ocurrió el ataque a ella.

En las playas del malecón y de esos muelles, en donde se reunían a diario, los teporochos fueron expulsados por los policías municipales y estatales, a petición de los prestadores de servicios, pues además de dar mala imagen ahuyentaban a los turistas e, incluso, algunos robaban a los visitantes.

Ayer martes al mediodía, cuando numerosos pasajeros del crucero “Carnival Triumph” estaban en el malecón, meseros pidieron a policías municipales que retiraran a un teporocho que estaba sentado bajo una palapa, pues un grupo de extranjeros se retiró cuando vieron llegar al adicto.

El bebedor aceptó retirarse y se trasladó cerca de un expendio de cervezas.

En el playón habitan 12 teporochos, quienes duermen bajo los árboles donde colocaron pedazos de mantas, y en una olla que tomaron de una casa cocinan carne y huesos que compran en el mercado municipal.

Mientras preparan el almuerzo, se reúnen en torno a una garrafa de licor barato, que consumen con agua de cocos que bajan en los predios veraniegos desocupados en esta época del año.

Los teporochos jóvenes comentan que son de puertos de Campeche y Veracruz. Unos dicen ser de Mérida y otras comunidades yucatecas.

Todos afirman que vinieron a trabajar como pescadores, lo hicieron en barcos de Yucalpetén, pero se quedaron sin trabajo y se reunieron con los bebedores.

Viven de lo que les regalan en la calle. Algunos van a los muelles pesqueros donde ayudan en la descarga de los barcos y les pagan; otros son viene-viene en calles cercanas al malecón.

“No somos ladrones, vivimos de lo que nos regalan y podemos comprar”, indicó uno, ya ebrio.

La Policía Municipal realiza recorridos constantes en la zona del playón para evitar que los teporochos ataquen a los varones y mujeres que todos los días acuden a caminar y correr ahí.