MÉRIDA.- (El Grillo Mayor) Esta semana que termina, el consejero de la Judicatura de Yucatán, Luis Jorge Parra Arce, mostró el cobre al pretender generar controversias entre la juez cuarto penal, Rubí González, y el personal de ésta.

Esto se debió a que se le dijo que personal de ese juzgado “estaba inquieto” porque debía atender a una persona que durante dos días fue a sostener careos por un caso de incumplimiento de las obligaciones de asistencia familiar y estaba enferma de conjuntivitis.

Parra Arce le recomendó al personal del juzgado cuarto que le digan a la juez que utilice su “criterio” para demorar estas diligencias, sin tener en cuenta, aparentemente, que si lo hacía la funcionaria incurriría en un claro caso de discriminación y además se le podrían fincar responsabilidades.

Hay que precisar que la señora que fue enferma, por sentido común, no debió haber acudido a este lugar público, que por cierto apenas y ha sido surtido con gel antibacterial, pero que insistía en no atrasar sus diligencias.

El personal no tuvo más remedio que ser tolerante y trabajar cuidándose para no enfermarse y sin hacer sentir mal a la señora.

En vez de tratar de enfrentar a la juez con el personal del juzgado, Parra Arce debió  girar una circular, en la que se informara que “ante la contingencia por la epidemia de conjuntivitis, el Consejo de la Judicatura del Poder Judicial autoriza a su personal a no exponerse y suspender las diligencias”.

Sin embargo, mañosamente no lo hizo y le “tiró la bolita” a la juez, que se sabe no es del agrado de este órgano, el cual no busca como ponerle piedritas en su camino.

La intención del consejero Parra fue evidente: poner en contra de la juez a su personal.