MÉRIDA.- Gracias a la entrada en vigor del Artículo 5 Transitorio, del Código Nacional de Procedimientos Penales (que desde el 17 de junio del 2016 está vigente), las cárceles de todo México se vacían lentamente, se fomenta la impunidad y se deja a los delincuentes en la calle.

Yucatán no es la excepción y los reos que no han sido sentenciados hasta ahora y que, de acuerdo con la miscelánea para el nuevo sistema penal aprobada por el Senado, ahora tienen derecho a solicitar su libertad.

En el Estado ninguna autoridad, a más de un año de la puesta en marcha de este “nuevo sistema de justicia” se ha pronunciado e informado, y todo se ha mantenido en silencio, como también lo han hecho los medios de comunicación que cobran “publicidad” con el gobierno en turno.

Entre los beneficiarios con esta ley están aquellos acusados de fraude, robo de hidrocarburos, delitos fiscales, lavado de dinero, portación de armas, hurtos no violentos, todos los ilícitos de servidores públicos (aquí está el por qué), falsedades (de documentos, de declaración, etcétera) o delitos menores de droga.

El artículo antes mencionado permite a reos procesados bajo el sistema anterior o antiguo tramitar ante el juez de su causa “la revisión de las medidas privativas de la libertad personal o de prisión preventiva” que le hubieran sido impuestas.

Los únicos delitos que ameritan prisión preventiva forzosa son los previstos en el Artículo 19 de la Constitución: delincuencia organizada, homicidio doloso, violación, secuestro, trata de personas e ilícitos cometidos con armas o explosivos.

Todos los demás, no más ya no existen por obra y gracia de los senadores.

Los reos buscan su libertad provisional y optan ahora por medidas como brazaletes electrónicos, arraigo domiciliario, prohibición de salir del país o de una localidad, presentación periódica ante el juez o pago de fianza.

Lo único que evita que sea tan fácil la salida de los reos es que el juez escucha la opinión del Ministerio Público y toma en cuenta elementos de riesgo antes de resolver la solicitud. Después se preguntan por qué tantos delitos y delincuentes andan sueltos.

Hablando de mequetrefes, los magistrados quieren evadir la suspensión del fuero

Sí, de nueva cuenta, esta semana el diputado panista Elías Lixa Abimerhi, denunció que los Magistrados del Poder Judicial del Estado han insistido en promover el amparo que les abriría las puertas de la impunidad, es decir, que no les quite el fuero, como desde mayo pasado se aplica, presunta y supuestamente, con todos los servidores públicos de Yucatán.

Estos funcionarios pretenden ser la excepción de la ley, cuando su obligación es, simple y sencillamente, acatar la ley y aplicar el Derecho, que en este caso, para ellos, no vale, pues se podrían destapar sus chanchullos. O todos coludos o todos rabones.

La banda de los “chené it” o mira cu… los

En la sede de los juzgados familiares ardió Troya esta semana al saberse que en el baño de las actuarias, en un hueco de gran tamaño, unos pillines metían sus teléfonos celulares para fotografiar y grabar a las mujeres en situaciones incómodas.

Vaya, a raíz de lo anterior, la coordinadora de las actuarias interpuso una denuncia penal, dos intendentes, “Shagy” uno de ellos, fueron cambiados de lugar de trabajo y contra un actuario varón, supuestamente, se levantó un acta administrativa.

Sin embargo, se ha indicado que el verdadero “chené it”, de nombre Javier, cuenta con un “padrino” que aspira a ser gobernador del Estado y es “intocable” y los consejeros del Poder Judicial no se atreven a mover un dedo en su contra –hay que recordar que es un órgano político-administrativo-, de modo que lo protegen.

No se descarta el hecho que los intendentes hayan tenido alguna participación y que, incluso, se esté exagerando y aprovechando el incidente, por parte de la coordinadora de las actuarias.

Lo único decente –lo que es en extremo dudoso de parte de los integrantes del Consejo de la Judicatura- es que se haga una averiguación neutral y no se castigue a lo loco, como siempre lo hacen, buscando un o unos “chivos expiatorios”. Ya veremos, dijo un ciego.

 

Ya lo saben, amiguitos, sigan cooperando sin miedo porque TODOS SOMOS GRILLOS.