MÉRIDA.- De vivir en la Colonia Obrera, ahora vive en el norte de la ciudad y acaba de gastar poco más de millón y medio en su boda con Rebeca Peón, de modo que en dos años, desde que ocupa el cargo de regidor, Víctor Merari Sánchez Roca ha hecho fortuna.

De un modesto servicio de banquetes, ahora tiene varias empresas y jugosos “bisnes” en diversas dependencias de la Comuna, en especial en complicidad con el director de la policía municipal Arturo Romero Escalante.

Es decir, Merari pasó de ser un modesto personaje a un señor que ahora usa tenis ferragamo, se va cada año al extranjero, porque hace un año, cuando le acababa de “bajar” la esposa a Patricio, se fueron de vacaciones y ahora lo hizo de nuevo.

En su boda, realizada hace poco en la playa, trajo a un DJ del DF, contrato a Margarita Zoreda para el banquete y despilfarró dinero como un Macari, Xacur o un Abraham.

Y como siempre ha hecho, el trabajo le ha valido mad…., pues desde hace tres semanas no se presenta a laborar como edil –una semana antes de su boda y las que lleva de luna de miel en Europa-, sin que nadie en el PAN, empezando por el alcalde Mauricio Vila Dosal le diga algo.

Además, este sujeto, quiere ser diputado local por el II Distrito y ya cuenta a voz en cuello y a los cuatro vientos, que será designado por Raúl Paz Alonso, de quien no se espera que lo haga, dada la pésima trayectoria de este individuo, que no sólo es flojo sino corrupto hasta el tuétano.

En fin, Merari, junto con Cecilia Patrón Laviada, Rommel Uribe Capetillo, Rosa Ceballos Madera y Claudia Canto Mézquita, de los más corruptos y “bisneros” del PAN, que a lo largo de casi 21 años han mamado de erario de la Comuna.

Esta semana recordaremos la tranzas de cada uno de ellos, porque El Grillo lo ha publicado de manera puntual.