MÉRIDA.- En cuanto al famoso daño moral, que ningún ser humano puede ser cuantificarlo, cualificar o determinar, por ser conceptos abstractos y personales, no es nuevo que pretenda ser utilizado con la intención de acallar las voces disidentes y de quienes no piensan como los tiranos y funcionarios envueltos en actos de corrupción.

Esto está siendo utilizado, en estos momentos, en Yucatán contra dos comunicadores que han sido críticos del Nuevo Sistema de Justicia Penal.

El presidente del Consejo de la Judicatura del Poder Judicial del Estado y del Tribunal Superior de Justicia, Marcos Alejandro Celis Quintal, por conducto de uno de sus empleados (ahora juez), promovió “indirectamente” y como “no queriendo la cosa”, en acto de venganza una demanda, ante un juzgado civil por “daño moral”, aunque se haya empleado la palabreja “presunto”.

Claro que eso no prosperará y mucho menos los doblegará, sólo se está a la espera de los tiempos adecuados para que el asunto reviente en contra del citado magistrado –en todo el país-, que anda por ahí, como niña, contando que es víctima de “difamaciones” de los comunicadores que no se prestan a sus juegos y que también son bloqueados. Como si nadie supiera quién es él en realidad.

No hay nada personal en su contra, que se deje de cosas. Póngase a trabajar y deje de fomentar el odio. Recuerde que TODOS SOMOS GRILLO y no todos se prestan a sus jueguitos.