MÉRIDA.- Con medidas fuera de lo común, como cerrar los accesos al palacio municipal y controlar la entrada de la gente, y en medio de la evidente “felicidad” que embargaba a Alicia y Enrique, se realizó la última sesión de Cabildo de Mauricio Vila como alcalde.

En esa sesión pidió licencia y se le aprobó; se designó como alcaldesa interina a María Fritz Sierra, quien rindió protesta del cargo en una segunda sesión extraordinaria.

La segunda sesión fue una auténtica “pachanga”, pues el que al principio no quería ser “chen regidor”, Enrique Manero Moreno, llevó a sus familiares lo mismo que Alicia Fritz Sierra, de modo que sacaron a la prensa de los lugares que normalmente acostumbran ocupar para poner a los parientes de los antes mencionados.

Sin embargo, el salón del Cabildo es pequeño de modo que muchas personas se quedaron sin sentarse, en la parte de atrás; los abrazos, besos, fotos  y felicitaciones hicieron que la sesión empezara con 29 minutos de atraso.

Manero y sus familiares celebraban el cargo como si fuera algo extraordinario, cuando él antes dijo que es “chen regidor”; en el caso de María, pues por lo menos será alcaldesa unos ocho meses y ya tiene que contarles a sus nietos, que a pesar de cometer nepotismo llegó a ser presidenta municipal de Mérida. Del caso de nepotismo mañana lo recordaremos ampliamente.

Manero llegó al palacio municipal antes de las 10 de la mañana y se paseaba cerca del salón del Cabildo o en el corredor alto del palacio municipal.

“Era su cuento eso de que no sería regidor, pues no iba a despreciar unos $70 mil de sueldo al mes, más la parte proporcional que le tocará de aguinaldo”, indicó un panista al saber que Manero siempre sí aceptó ser “chen regidor”.