CIUDAD DE MÉXICO.- Realizar una tesis no es un trabajo cualquiera, y mucho menos una doctoral. La constante supervisión del trabajo por parte de los profesores, la exhaustiva demanda de investigación y las expectativas poco favorables de un futuro laboral, puede afectar la salud mental de los involucrados.

 

De acuerdo con un estudio realizado y liderado en 2017 por la Universidad de Gante, en Bélgica, la salud mental del 32 por ciento de estudiantes que están realizando su tesis doctoral está comprometida, cuatro veces más que entre la población con un elevado nivel educativo.

“Estamos comprendiendo que existen problemas de salud mental entre los doctorados, y estudios como éste nos ayudan a entender mejor sus causas”, explica en entrevista para El País, Nathan Vanderford, de la Universidad de Kentucky, quien afirma que el 39 por ciento de este sector se encuentra en un perfil de depresión moderada o severa frente al 6 por ciento de la población general.

Específicamente, los problemas para conciliar la vida familiar y laboral, la obtención continua de resultados que demanda la investigación, el estilo de liderazgo del supervisor, así como la cultura de toma de decisiones del equipo y la percepción de una carrera fuera de la academia están relacionadas con problemas de salud mental.

El estudio evaluó la prevalencia de problemas de salud mental en una muestra representativa de 3 mil 659 estudiantes de doctorado de universidades flamencas, quienes mantienen un programa doctoral muy similar al de Europa y Estado Unidos.

Basados en 12 rasgos considerados como problemas psiquiátricos, los resultados mostraron que el 41 por ciento de estudiantes de doctorado se sentía bajo presión constante, el 30 por ciento deprimido o infeliz y un 16 por ciento se sentía inútil. Además, la mitad de los estudiantes afirmaba vivir con al menos dos de los 12 rasgos evaluados en la encuesta.

Los resultados más llamativos aparecen cuando se comparan personas haciendo una tesis doctoral con otras poblaciones, en todos los casos el grupo de personas que estaban en este nivel tenían con mucha más frecuencia signos de deterioro en su salud mental.

Katia Levecque, investigadora de la Universidad de Gante y primera autora del estudio belga, dijo a El País que han sido los primeros “en estudiar a los doctorados como un grupo aparte usando un tamaño de muestra adecuado y comparándolos con otros grupos de población altamente formados”.

Levecque aseguró que el desarrollo de estos síntomas es independiente de la disciplina en la cual se realice el doctorado. No ocurre lo mismo con el género, ya que -dice- las mujeres que realizan su doctorado tienen un 27 por ciento más de posibilidades de sufrir problemas psiquiátricos que los hombres.

La especialista dio algunos consejos básicos para las personas que están realizando su doctorado. Levecque dijo al diario español que en primer lugar, se debe invertir tiempo en conocer la propia salud de uno. En segundo lugar, se debe hablar de un modo explícito sobre la salud mental. Y finalmente, a nivel de las organizaciones, éstas deberían preocuparse por el bienestar de sus empleados tanto por razones humanitarias como financieras.

EL FINANCIERO.-