Hola amigos lectores, les saludo y les comparto una columna que da otra visión sobre el valor que la seguridad a nuestra vida, sobre todo cuando se trata de tomar decisiones.

 

Y hablando de toma de decisiones prácticamente estaremos a 90 días de ello una vez iniciadas las campañas políticas el próximo viernes 30 de marzo.

Se comentan estadísticas, se habla de porcentajes, de preferencias electorales y de un sinfín de temas que siempre atienden el mismo objetivo; por quien o quienes votar este próximo domingo 1 de julio.

Las encuestas y estudios pueden ser un referente estadístico, es cierto. Pero no podemos basar nuestra decisión final en lo que publiquen empresas encuestadoras o lo que arrojen análisis políticos únicamente.

Volvemos al tema de la seguridad en ámbito político y hacemos referencia a la democracia representativa y a la directa; en el primer caso la que se ejerce mediante representantes que surgen a partir de elecciones libres y en el segundo, la ejercida por los ciudadanos.

Sin embargo, en el mundo moderno que vivimos lo ideal sería la democracia representativa, que incorpora elementos de la democracia directa, para que las sociedades tengan una participación mucho más activa y que reflejaría la intención de las personas en la toma de decisiones de temas de estado.

Esto pudiera darse en una república presidencialista, que convoque a través de plebiscitos, que el presidente abra a todos el padrón electoral para realizar una consulta en la que la respuesta sean solo dos opciones posibles: SI o NO.

A esto le llamaría yo otra adecuada medida de seguridad y de carácter preventivo, que evitaría un posiblemente desorden social, político y administrativo.

¡Ustedes valoren!

Jessica Saidén Quiroz

Maestra en Derecho y Doctorante por la Anáhuac Mayab

Candidata a diputada federal plurinominal por el PVEM