MÉRIDA.- El juez de control Rómulo Antonio Bonilla Castañeda liberó a la tabasqueña M.R.D., involucrada en la muerte del chofer de Uber cuyo cadaver fue hallado en terrenos de Chuburná Puerto.

Quedo libre porque, según la autoridad, fue utilizada para desaparecer el cuerpo, pro no participó en la campaña ejecución

Ella recibió órdenes del autor intelectual y material, Vidal Preciado Flores, hijo del vicealmirante Vidal Preciado Díaz Mirón, alto funcionario de la Marina durante el gobierno de Enrique Peña Nieto.

El presunto homicida sigue prófugo.

A la tabasqueña sólo se le acusó de encubrimiento, y por ello fue liberada, aunque deberá portar localizador electrónico para ser monitoreada.

Ella insiste en que al chofer de Uber Néstor Mariano Marín Zapata lo ejecutó su patrón, el empresario Vidal Preciado Flores.

La imputada es estudiante del Tec Milenio, no declaró.

La mujer fue detenida desde el jueves de la semana pasada y el mismo juez la imputó por un delito contra la salud, porque llevaba con droga a bordo de su camioneta.

Ella reveló que era la asistente de Vidal Preciado en la empresa “Mexican Center Of Comunications And Naval Services”, perteneciente al “Grupo Segursur”, que tenía sus oficinas en el inmueble donde se privó de la vida al chofer de Uber, ubicada en la calle 15 entre 22 y 22 del fraccionamiento Altabrisa, Torre Magnia número 909 nivel 9.

No sabia que iba en la maleta, pues su patrón le dijo que fuera a verlo y la sacara porque iba a salir de viaje.

Llegó a las oficinas, alrededor de las 9 de la noche y le ordenó su jefe que no dijera nada y ella observó que entró al baño y oyó que estaba haciendo ruidos extraños.

Luego le ordenó que lo ayudara, que si decía algo la iba a matar, al igual que a su hermana.

Al paso de las horas, salieron del edificio, ella arrastrando la maleta, que notó muy pesada, y llevando una silla con una computadora.

Abordaron su camioneta Trax con placas NAC-56-45 del Estado de México, pero antes estuvieron en el hotel Real Santa Gertrudis y al mediodía partieron rumbo a Chuburná Puerto.

Antes de llegar al puerto de abrigo, se detuvieron y él le ordenó que cavara en la arena con sus manos, donde vio que deposite la maleta, de la cual sobresalía un pie con un calcetín.

De nuevo la amenazó y estuvieron casi dos días en un lugar de Chuburná, hasta que le ordenó que lo llevara a Ciudad del Carmen, Campeche, en su mismo automotor, y de ahí lo trasladó a la terminal de autobuses, donde le indicó que saldría de viaje al extranjero.

Dijo que le ordenó que cambiara de imagen y lavara la camioneta, al igual que el local, borrando los rastros de sangre.