MAXCANÚ.- En sus 41 años, María Faustina pareció que nunca conoció la felicidad, salvo cuando creyó estar enamorada y sentirse amada por un hombre que lo único bueno que le dejó fue un hijo.

Oriunda de Maxcanú, de unos años a la fecha se había refugiado en el alcohol, y fue precisamente en una de estas borracheras que decidió que ya no valía la pena vivir.

El cuerpo fue hallado por su hijo, un joven de 20 años, quien llegó a la casa que compartían, en la cabecera municipal de Maxcanú, poco después de la medianoche del jueves y la encontró ahorcada.

Enseguida la descolgó y trató de reanimarla, pero todo fue en vano porque la mujer ya había fallecido hacía un buen rato.

Vecinos indicaron que María Faustina estuvo embriagándose durante varias horas y cerca de las 11 de la noche entró a su casa.