GEORGIA.- Sam Poss era un muchacho tranquilo y agradable. Amaba desarmar las cosas y reconstruirlas, entender el mecanismo de los artefactos y como estos lograban funcionar.
“Siempre jugueteando con algo, siempre tratando de aprender cómo funcionaban las cosas y qué los hacía funcionar”, recordó Chris Poss acerca de su hijo, que fue asesinado hace casi dos años.

 

Pero hay una macabra historia detrás de esta muerte. Dakota White y Brandon Warren tenían una descabechada idea y lograron citar a Sam Poss en la casa de los abuelos de uno de ellos en Goergia.

Ambos habían sellado un pacto suicida pero antes de morir querían sentir lo que era asesinar a una persona. Sam fue su víctima, lo apuñalaron y lo estrangularon hasta el final para sentir como era matar.

Fue una noche de octubre del 2016. Sam Poss era un niño genio de las computadoras a sus 18 años y sus verdugos, 17 y 18 años. Los tres se conocía de la escuela Perry High School.

Dakota White confesó lo que había pasado: Él y su amigo Brandon habían planeado un pacto suicida pero antes debían tomar la vida de otro. Ese alguien fue Sam Poss, un ser inocente y tranquilo, la víctima perfecta para manipular.

Escondieron su cuerpo en un bosque cercano. Y huyeron.

“Todo se reducía a ver cómo se siente matar a alguien antes de matarnos. No vimos ninguna razón para no hacerlo, estábamos a punto de morir, ¿qué nos importaba?”, dijo en su confesión grabada, de acuerdo con The Washigton Post.

 

Hace apenas unas semanas fueron declarados culpables de homicidio. De acuerdo con el informe de las autoridades estadounidenses, esta historia podría explicar su salvaje comportamiento.

Sin embargo, pasaran todas sus vidas en prisión.

En su defensa, White declaró que se encontraba deprimido por problemas familiar y que su padre estaba en prisión por robo, por eso vivía con sus abuelos, en la propiedad donde cito a Poss