MÉRIDA, Yucatán, martes 10/07/18.- Con el capital político pulverizado, vuelto añicos, Cecilia Patrón Laviada y Felipe Cervera Hernández tratan de vender una imagen de triunfadores que ni Pinky se la cree.

Con el ego más golpeado, como con un demoledor gancho de izquierda de los que lanzaba la leyenda Julio César Chávez, estos dos politiquillos, con sus lambiscones de siempre, tratan de vender la idea de que son los más queridos y populares.

Ella quiso ser alcaldesa, pero apenas ganó por 98 votos un distrito federal y él intentó ser candidato a gobernador y por poco pierde un distrito que le regalaron porque era bastión tricolor.

La llamada “Reina de los Moches” y creadora de Mario Millet el cobra diezmos, apenas venció por 98 votos a un veteranísimo izquierdista Roger Salazar y a ver que resulta, porque este MORENISTA dijo que impugnaría la elección.

Con esto, La menor de los Patrón Laviada, aunque no menos corrupta que los mayores, está más fría que el polo norte, en sus aspiraciones de ser alcaldesa, ya que Renán Barrera Concha, que obtuvo una aplastante victoria y se convirtió de nuevo en alcalde, es mano y el perfil natural para reelegirse.

Después del tremendo sustote que se llevó, el hijo del extinto Víctor Cervera Pacheco por fin tragó saliva, respiró aliviado y gritó como si hubiera ganado la gubernatura, aunque a duras penas venció a un “flancito” llamado Dafne López Osorio, quien como otros panistas resultó beneficiada del efecto “fuera PRI”.

Fuera de ser hijo de Cervera Pacheco, Felipe nunca ha destacado por su carisma, por ser un gran orador, al estilo de Jorge Carlos Ramírez Marín, mucho menos por tener habilidad para negociar y ni para entablar diálogo, pero dicen que sería el coordinador de la bancada del tricolor en el Congreso del Estado, aunque hay un rechazo rotundo a esto. En el país de los ciegos el tuerto es rey.