GUADALAJARA,. 02/09/18.-  Las parejas que se pongan sexualmente juguetonas en público correrán ahora menos riesgos en la ciudad de Guadalajara, Jalisco.

La segunda ciudad más grande de México ha hecho más difícil la intervención policiaca en casos de actividad sexual en lugares como parques, callejones y sitios de entretenimiento, después de que las autoridades modificaron las normas locales para que la policía ahora se haga de la vista gorda.

Los proponentes del cambio dijeron que solo buscan proteger a los ciudadanos que demuestran su amor públicamente de policías hambrientos de sobornos. Los críticos, sin embargo, están preocupados de que el cambio aliente actos lascivos a plena luz del día.

La modificación al Reglamento del Ayuntamiento y Buen Gobierno aprobada en agosto, considera que los actos sexuales en público seguirán siendo considerados como un delito administrativo, sancionado con una multa o una detención breve, pero los policías solo podrán intervenir en tales circunstancias si reciben la queja específica de un tercero que se sienta incómodo.

“Lo único que añadimos, es que para que la policía proceda a detener a esa pareja, se requiere una petición ciudadana”, declaró Guadalupe Morfín, una regidora local que propuso la iniciativa. Argumentó que solo se buscó desalentar la corrupción policiaca y reorientar a los agentes a la persecución de delitos más graves. Desestimó la idea de que el cambio permita un aumento del comportamiento lascivo.

“Nadie desea que haya personas en la vía pública teniendo sexo a la vista de niños y niñas”, aseguró Morfín. “No es formativo, molesta”, agregó.

Sin embargo, Livier Martínez, del PAN, la única integrante del concejo de la ciudad que votó en contra, argumentó que hay otras maneras de combatir la corrupción policial. Opinó que el cambio viola los artículos del código civil estatal sobre moralidad y exhibicionismo, y agregó que puede dejar a la policía insegura sobre lo que puede o no puede hacer en tales casos.

“Yo no le veo de que limitemos a un policía al poder actuar al prevenir un delito”, dijo Martínez. “Y segunda: que no es nada agradable ir viendo (gente) por la calle teniendo relaciones sexuales en parques o en baldíos, o en casitas o callecitas”.

No hay estadísticas confiables sobre cuán común es realmente el sexo en público, en parte porque tales casos casi nunca llegan al sistema judicial. En vez de eso, se resuelven en la calle, sobornando policías para evitar una visita incómoda a la comisaría.

Lo que sí es muy común, sin embargo, son los relatos —especialmente de jóvenes— acerca de policías que les han exigido sobornos a cambio de no llevarlos ante un juez por conductas más comunes conocidas como estar “fajando”, es decir, besos y toqueteos mutuos.

“Ni siquiera a veces estaban teniendo sexo en público, solamente se estaban besando o cosas así, pero (los policías) más bien lo hacían como para sacar dinero, para sacar ventaja de esto”, dijo Andrea Quintana, una estudiante de Guadalajara.

“Y pues se me hace bien que ahora ya tengan que tener… pruebas de que de verdad estaban haciendo algo malo para tener que llevárselos”, añadió.

 

 

AP