MÉRIDA, Yucatán, México, miércoles/09/18.- A dos meses de la derrota del PRI en Yucatán, tal parece que los que levantaron la mano o fueron señalados para rescatar lo que quedó después de las elecciones, ahora ya ninguno quiere la dirigencia estatal tricolor.

Entre los que levantaron la mano están Walter Salazar Cano, actual Secretario de Desarrollo Social del Gobierno del Estado y cercano a Víctor Caballero; el director del Sicey, Eloy Quiroz y cercano al gobernador, Rolando Zapata Bello; Carlos Berlín Montero, ex coordinador de la campaña presidencial de José Antonio Meade y gente cercana a la ex gobernadora Ivonne Ortega Pacheco.

Y entre los señalados están Pablo Gamboa Miner, ex diputado federal y que se quedó sin nada, pues no alcanzó una curul en el Senado; Liborio Vidal Aguilar, ex diputado federal y empresario; Francisco Torres Rivas, actual dirigente del PRI municipal de Mérida y ex diputado federal; Mauricio Sahuí Rivero, candidato perdedor del PRI y quien ya dirigió al tricolor estatal, impuesto por Ivonne Ortega.

De acuerdo con varias fuentes, todo indica que varios de ellos han optado por buscar otro tipo de enfoques políticos, pues al analizar la verdadera carga política que llevará levantar al PRI de entre las cenizas, no será una tarea fácil.

Un problema en el tricolor es el interior del estado, en donde existe mucha incertidumbre, pues la militancia que dio su voto de confianza en las elecciones del primero de julio, está en la espera de un líder a quien pedir explicaciones de la derrota, así como exigir que cumplan los compromisos de campaña.

Los tiempos se acercan y para el que PRI surja de nuevo le espera una ardua y muy difícil tarea, en especial convencer a la gente de que vuelva a creer en sus políticos.

Sin embargo, esta tarea se complica muchísimo porque ahora la gente enfoca sus gestiones y en pedir favores al Partido Acción Nacional (PAN), que gobernará en Yucatán, y en Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), que gobernará el país.