MÉRIDA, Yucatán, jueves 06/09/18.- En la última década Mérida se ha convertido en una ciudad muy ruidosa, debido al crecimiento de la población, el parque vehicular y el crecimiento comercial, lo que afecta gravemente a la población, afirma el especialista Jorge Tun Cuevas, consultor y docente del Instituto Tecnológico de Mérida.

Tun Cuevas presentó las ponencias Normatividad 081-1994 y Consecuencias por la contaminación acústica y métodos de mitigación de ruido, en el marco del “Foro Mérida, hacia una ciudad inteligente”, evento que patrocina el Patronato del Centro Histórico de la ciudad. Ahí, el sustentante estableció que la falta de atención de las autoridades municipales y estatales ponen en grave riesgo la salud de los meridanos.

Afirmó que el Tecnológico de Mérida ha realizado muestreos sobre las emisiones sonoras en el Centro Histórico de Mérida. La institución ha publicado estudios destacando la falta de atención de las autoridades para aplicar las normas establecidas tanto por la Secretaría de Salud, como del Trabajo en áreas pública y zonas laborales.

“El monitoreo que se han realizado en zonas del centro, el perímetro del primero y segundo cuadro de la ciudad se observan graves deficiencias en la aplicación de normas para mitigar el impacto del ruido”, aseguró.

Señaló que la norma establecida por la autoridad federal establece un término de 68 decibeles para ruido diurno y un máximo de 65 decibeles para el turno nocturno y en la actualidad en horarios del día se alcanzan hasta 119 decibeles por el tráfico, la operatividad de las empresas y comercios.

Los estudios que sea han realizado cubren distintas zonas de la ciudad, como el Centro Histórico, la Zona de Hoteles, Altabrisa, el sur y poniente de la ciudad, en tanto que el último punto monitoreado es el parque zoológico del Centenario, sin tener los resultados completos.

La falta de atención de las autoridades ha permitido que los comercios coloquen bocinas con música estridente, conjugado con el transporte urbano, motocicletas, la presencia de comercios y una fábrica que funciona en el primer cuadro de la ciudad provocan graves problemas de contaminación auditiva.

El problema es que la autoridad no responde a las necesidades y las exigencias que vive la población, ya que, estos patrones de sonido a la larga dañan la salud de las personas. Si bien, durante el día la ciudad es muy ruidosa, por la noche, el Centro Histórico y algunas zonas del norte de la ciudad, zona de bares, es también abusiva en este mismo problema.

Hasta el momento, ninguna autoridad se ha interesado por la salud de los trabajadores que tienen una fuente laboral nocturna. Una persona que es expuesta durante largos periodos a sonidos muy altos sufre de daños al corazón, el hígado y también aspectos psicológicos que se han estudiado ampliamente.

En la actualidad un gran número de jóvenes acuden a sitios de entretenimiento durante largas horas donde son expuestos a sonidos con decibeles sin control, ni medida y esto ocasiona afectaciones nerviosas, incluso neuronales.

“Es importante que el Ayuntamiento de Mérida, las Secretarías de Salud, del Trabajo y Ecología apliquen las normas establecidas para detener este problema”, puntualizó.

El gobierno ha emitido normas específicas para los diferentes problemas de contaminación acústica, pero estas normas no se aplican, por lo que provocan serios problemas a la salud y también a las emociones, al rendimiento laboral, a la calidad de vida de los habitantes.

Tun Cuevas aseguró que la tarea es ciudadana ya que todos somos causantes de este problema y todos debemos actuar de manera tolerante para resolverlo. Las grandes capitales del mundo han hecho avances para reducir este impacto dañino al organismo de los habitantes, en Mérida es preciso trabajar para que la autoridad aplique la ley y con ello se pueda dar una convivencia armónica y pacífica de todos los sectores de la sociedad.