KINCHIL, Yucatán, miércoles 12/09/18.- Dos camionetas protagonizaron un fuerte choque ayer martes por la noche, en la vía que conduce a Celestún, y todo por culpa de unos toros que se atravesaron en la carretera.

Según la información, el kinchileño Prudenciano Aguayo Zapata (a) “Chico”, de 60 años, manejaba la vagoneta matrícula ZAE-50-13 con la que transportaba personal a la granja Kekén.

Fue entonces que a la altura del kilómetro 61 de la citada vía y, minutos antes de las 23 horas, tres toros emergieron del monte.

Prudenciano hizo una maniobra evasiva, pero acabó atropellando a uno de los toros.

Al intentar retomar su carril, chocó casi de frente a la camioneta Nissan con placas YP-4848-A que conducía un vecino de Progreso.

El progreseño bajaba de Celestún tras entregar carnada en el puerto de abrigo. Al igual que el otro guiador, dijo que vio varias reses y que incluso colisionó contra una de ellas.

Al darse el reporte del accidente, rápidamente arribaron policías estatales, bomberos del carropipa 843 y paramédicos de la ambulancia 21-G de la SSP.

A pesar del duro trancazo, solo hubo una lesionada vecina de Kinchil, Geni (hija de “Shuster”), al resultar con probable fractura de un brazo.

Los demás obreros de la mencionada empresa quedaron con el Jesús en la boca, y hasta las ganas se les quitó de comer ese toro en chocolomo o bistec.

Por último, oficiales de la PF deslindarían responsabilidades con las aseguradoras de estas unidades, pues solo un toro acabó muerto dentro la maleza y no estaba marcado. Como quien dice se salvó el dueño de la multota, además de pagar los costosos daños materiales.

Cabe señalar que no es la primera vez que ocurren este tipo de percances con semovientes en este tramo.