CANSAHCAB.- Tremenda pena embarga a la familia Chalé y al pueblo cansahcabeño, después que se diera a conocer el trágico accidente que tuvo el jueves pasado, poco después de la una de la tarde, María José C. quien murió en la parte de atrás de su casa, porque le cayó encima una construcción antigua.

Es decir, la niña no murió por darle de comer a su perrito, como inicialmente dijeron vecinos y como publicamos, sino porque se derrumbó una vieja construcción, ubicada en el patio de la casa en donde vivía la niña con sus papás.

De acuerdo con datos recabados, la menor volvió de la escuela a su casa como un día normal y fue recibida por su padre, quien después de platicar con ella le sirvió su almuerzo, pero ella le dijo que esperaría a su madre para que almorzaran juntas.

El padre de la menor le dijo que comiera, porque su madre se retrasaría un poco, de modo que la menor se sentó a comer, mientras que el progenitor se retiró a la parte de delante de la casa, cuando en eso llegó la madre de la menor.

La madre preguntó por María José y su esposo le dijo que la niña estaba almorzando; la mujer decidió ir a comer con ella, pero al llegar a la mesa no la encontró y sólo vio el plato de comida a medio terminar, de modo que los padres empezaron a buscarla dentro de la casa.

La niña nunca respondió al llamado de sus padres y ellos comenzaron a buscarla en el solar de la casa y la encontraron tirada en la parte trasera, con una vieja construcción que se le vino encima.

La menor fue llevado de inmediato a la clínica del IMSS, en donde la doctora en turno indicó que la menor ya había fallecido y, al parecer, fue de una muerte instantánea; la doctora procedió con los protocolos de notificar a la fiscalía y al servicio médico forense (Semefo).

Ayer jueves, en el velorio de la niña afloró la solidaridad del pueblo cansahcabeño, ya que una gran cantidad de niños, padres de familia y algunos de sus maestros hicieron acto de presencia y se solidarizaron con la familia, horas antes de que sea llevada a su última morada.

Un familiar dijo que la niña no tenía ningún perro, pero que la semana anterior había llegado a la casa de la menor, un perrito, el cual ella agarró, bañó y le dio de comer, pero así como llegó el can, de la misma manera desapareció.

Familiares y amigos de los padres de la hoy occisa María José sólo piden a los medios de comunicación que respeten el dolor que le embarga a la familia y los padres de la menor.