PETO, Yucatán, lunes 16/09/18. La “venganza política” comenzó en Peto, luego de que Rodolfo Ruiz Hernández, sobrino del ex alcalde Jaime Hernández Santos, denunciara que su sala de fiestas fue clausurado en pleno evento, por Salud y Protección Civil, minutos antes de comenzar la a pelea entre Saúl “Canelo” Álvarez y Gennady Golovkin, “GGG” el sábado pasado.

Por este hecho, el propietario del local, Rodolfo Ruiz Hernández, quien es sobrino del exalcalde Jaime Hernández Santos, acusó al actual primer edil, Édgar Calderón Sosa, de persecución política, y dijo tener todos los permisos en regla para el funcionamiento del lugar.

Señaló que José Luis Ramírez Valenzuela, director de Salud municipal, llego al local sin un permiso de revisión y tampoco presentó algún documento oficial que avale la clausura.

Tenía la consiga de clausurar el local porque le mostré que tengo todos mis documentos de regla, pero para él no fueron validos, supuestamente porque no especifica exactamente que debo vender bebidas alcohólicas.

Le presenté la licencia del local y la patente, pero aún así lo clausuraron, ocasionándome perdidas porque estábamos por iniciar un evento”. señaló.

También dijo que de Protección Civil vieron unos detalles que se podían subsanar sin problemas, “pero vinieron con la encomienda de cerrar”.

Ruiz Hernández dijo que interpondrá una demanda penal por perjuicio, “pues hay personas que dependen de ese lugar”.

Asimismo, agregó que le pidieron una ambulancia y no contaba con el vehículo, pues asegura que su costo es tres veces más de lo que cuesta el local.

Lo que me llamo la atención es que no nos hayan clausurado el (viernes) 14, cuando también tuvimos evento, además hay locales como el mismo ruedo, propiedad de los familiares del alcalde que no cuenta con los equipos que piden”.

Por su parte, el director de Protección Civil, Juan Carlos Domínguez Conrado, informo que durante la revisión confirmaron que los extinguidores ya habían caducado, además el local no cuenta con rutas de evacuación, y tampoco con una ambulancia y paramédicos que pudieran atender a la gente en caso de alguna emergencia.

Ramírez Valenzuela informó que el local no tenía licencia para vender alcohol, entre otras anomalías, como que la cocina estaba en la intemperie y los alimentos se cocinaban al aire libre; además, no estaban usando los equipos adecuados para la preparación de las botanas, detalló.

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