MÉRIDA, Yucatán, lunes 24/09/18.- Luego de la clausura “ilegal” de los cenotes en Homún, la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) afirmó que el cierre del lugar se debió a una “denuncia ciudadana” y accedieron conforme al artículo 170 de la Ley General del Equilibrio Ecológico y la Protección al Ambiente, al existir un riesgo inminente de desequilibrio ecológico, o de daño o deterioro a los recursos naturales”.

El viernes pasado, la Profepa hacía una inspección de impacto ambiental, en atención a una denuncia ciudadana por la realización de obras y actividades sin autorización federal en los cenotes de Homún, dando como resultado la clausura de cinco cenotes de principal importancia turística.

Ante este hecho, personal de la Profepa fueron retenidos por prestadores de servicios turísticos en los cenotes de Homún y luego de casi tres horas fueron liberados.

Al momento de detectar que no se contaba con la autorización de la Secretaría de Medio Ambiente (Semarnat) para realizar las obras y actividades detectas, se procedió a realizar la clausura correspondiente.

La clausura esta fundamentaba conforme al artículo 170 de la Ley General del Equilibrio Ecológico y la Protección al Ambiente, al existir un riesgo inminente de desequilibrio ecológico, o de daño o deterioro a los recursos naturales”, asegura.

La denuncia popular, además de ser una obligación de la Profepa, la institución privilegia su atención, ya que es un instrumento en el que el ciudadano coadyuva en casos que no son evidentes para la autoridad, para su revisión y atención.

Toda persona, grupo social u organización puede presentar ante la Profepa (denuncias de) actos u omisiones que produzcan o puedan producir desequilibrio ecológico o daños al ambiente, a los recursos naturales, o que contravengan las disposiciones que regulen materiales relacionadas con la protección al ambiente, la preservación y restauración del equilibrio ecológico”, dice.

Sin embargo la Profepa no menciona ni detalla como ni porqué fue el motivo del cierre cinco cenotes que pertenecen a los principales promotores de la marcha y clausura simbólica de la megagranja de cerdos que decenas de personas hacían para denunciar que ese criadero contaminará no solo los cenotes sino también el acuífero de Yucatán.

La gente se quitó de la granja y fue a los cenotes cerrados y aunque les preguntaron a los inspectores el motivo del cierre no dijeron la causa. Además, uno apuntó con una pistola a un vecino.

Por ello, los inconformes consideraron que las clausuras fueron represalias por la protesta ciudadana.