MÉRIDA, Yucatán, lunes 08/10/18.- El consumo y la adicción de jóvenes por los estupefacientes como el cristal y las anfetaminas ha aumentado notablemente en Yucatán, explica Víctor Román Muñoz, titular del Centro de Integración Juvenil (CIJ).

La encuesta realizada en 2014 sobre adicciones en jóvenes, la marihuana se mantenía como la droga de mayor consumo entre adolescentes locales, pero en los últimos reportes obtenidos, se advierte un notable avance de otros productos como el cristal y las anfetaminas.

Explicó que en 2014 se realizó una encuesta estatal sobre el uso de productos estimulantes entre los jóvenes de nuestro estado, donde la marihuana, el alcohol y el tabaco, eran los tres aspectos más altos que reportaba consumo significativo. Ahora, estos datos han ido cambiando, las cifras obtenidas aportan nuevas adicciones, tanto en juegos de azar, como en nuevas tecnologías como el celular, el internet y los juegos cibernéticos.

“Tenemos que tomar en cuenta que muchos de los jóvenes tienen serios problemas depresivos, esto se debe a una serie de factores sociales, económicos y culturales. Si bien este reflejo es mucho más alto en zonas urbanas, qué en espacios rurales, las condiciones no se equilibran y pueden impactar a ambos sectores”, repuso.

Víctor Román Muñoz participó este día en la III reunión de Mesas de Trabajo del Plan Municipal de Desarrollo del Ayuntamiento de Mérida.

El funcionario destacó que los problemas de salud mental de la población deben ser vistos de manera integral y las autoridades deben de trabajar siempre en tareas preventivas para atender estas condiciones.

Comentó que se prevé que la depresión sea una de las enfermedades incapacitantes que afecte primordialmente a jóvenes, pero también a adultos y ancianos en los próximos años.

“Tenemos que estudiar este problema, detectarlo y trabajar para atender este aspecto psicológico de manera preventiva”, dijo.

“El problema del joven es su individualismo, hay un egoísmo acendrado entre los jóvenes, porque se encierran en aspectos emocionales y de salud mental. Este problema no se atiende en los primeros años de crecimiento, tampoco en los centros educativos”, afirmó.

Los estilos y las dinámicas de vida están afectando gradualmente el proceso de integración social de los jóvenes, ya que favorecen estos factores de riesgo como una competencia en la forma de vida individualista que se adopta.

“Los jóvenes son “yo primero, luego yo y después yo” y esto obliga a que vivan en un mundo solitario y muy distante, que los llevan a situaciones como el suicidio y la violencia, sin poder exigirse a sí mismos una reflexión”, argumentó.

Es preciso que los jóvenes acepten y vivan en una presencia solidaria, que encuentren la sinergia para poder compartir sus emociones, tanto en el ámbito familiar como entre sus grupos de trabajo y escuela, para superar las condiciones que los presionan y así tengan respuestas más amplias para tener una adecuada salud mental.

Desafortunadamente, la última evaluación sobre adicciones y salud mental se realizó en 2014 en Yucatán, este tipo de tareas tendrían que realizarse cada tres años para poder atacar los indicadores y no esperar a que los problemas crezcan y se trabajen en aspectos más dirigidos a los jóvenes, a las mujeres y a los ancianos.

“Sería ideal que estos periodos de tiempo sean más cortos debido a las formas en las que los jóvenes van cambiando sus aspectos emocionales y se trabaje con programas preventivos, aspectos de carácter integral desde la educación y no desborden a la sociedad sin tener posibles soluciones a los problemas que nos afectan a todos en conjunto”, finalizó.