MÉRIDA, Yucatán, lunes 05/10/18.– Un auténtico botín tienen en el CERESOFE la directora Anastasia Castillo Tiburcio y sus secuaces, pues además de cobrar por llamadas por teléfono celular les quitan a las internas lo que sus familiares les llevan.

No conformes con usar las instalaciones para su beneficio personal, como la lavandería y la cocina, y de llevarse mucho de lo que les deben dar a las reclusas en las comidas, les cobran a las internas diversos servicios, según testimonio de algunas que pasaron por el penal femenino.

Mientras al gobierno le tiembla la mano y no decide correr a “Tasha”, esta mujer hace de las suyas y se mofa de las autoridades al decir que no la pueden correr y que no le pueden comprobar lo que las empleadas y reclusas denuncian.

Nos trataban de lo peor, porque nos obligaban a limpiar, incluso los baños, sin utilizar guantes y las custodios nos trataban como esclavos, a punta de mentadas de madre”, indicó una mujer que estuvo presa un año.

La entrevistada dijo que era tanto el maltrato, los castigos, las vejaciones que al salir tuvo que ir a terapias para tratar de recupera su autoestima y su equilibrio emocional.

Nos humillaban por cualquier cosa y si no hacíamos los que nos decían nos golpeaban; en una ocasión se lo platiqué a mi visita y en qué hablaron con el licenciado me castigaron y me dejaban en mi celda sin comer, sin nada, por haberle dicho a mis familiares lo que nos hacían”, precisó nuestra informante.

Indicó que la castigaron de modo que durante un mes no supo de sus familiares ni de su abogado, porque no la dejaban que los viera.

De lo que nuestros familiares nos llevaban al penal ellos nos quitaban una gran parte como leche, artículos personales y comida”, precisó.

De acuerdo con nuestra entrevistada, Anastasia Castillo les cobraba, en ese entonces, a $50 por hablar tres minutos por teléfono celular, de modo que ahí hacen un buen dinero.

Relata que estar adentro del CEFERESO es un verdadero infierno, ya que los custodios las maltrata, las humillan, les quitan sus cosas y las obligan a hacer trabajos de manera inadecuada.

Nos quitaban parte de nuestra comida, lo que nos llevan nuestro familiares lo agarran y se lo llevan a sus casas y si nos quejábamos nos castigaban e incluso nos amenazaban con hacerle daño a nuestros familiares”, precisó.

La directora me amenazó con hacerle daño a mi hija y a mis familiares, pues me dijo que ya sabía en donde vivían, de modo que si no hacía lo que ellos decían les harían daño, agregó la ex reclusa, quien estuvo presa por delitos contra la salud.

Al abundar en el pequeño infierno que vivió, nuestra entrevistada dijo que la directora (Anastasia Castillo) nos decía que si volvíamos a hablar con nuestras familias nos haría daño.

Quiero que se sepa y mejoren las cosas, por mis compañeras que aún siguen ahí y padecen vejaciones humillaciones, robos y maltrato”, indicó.

Entre las anomalías que hace la directora está que cuando alguna persona importante iba de visita al penal, a ellas las obligaban a limpiar cada rincón del penal.

Además, agregó, a la directora no le gustaba que nos enfermáramos y se negaba a que fuéramos a la enfermería, porque “se gastaban muchas cosas y ella buscaba la manera de cobrárselos, en especial quitándoles lo que les llevaban sus familiares.

Estoy muy agradecida con mi familia, ya que una vez que abandoné el penal me ayudaron a costear unas terapias psicológicas, para que yo pudiera superar el infierno que viví ahí”, finalizó nuestra informante.