MÉRIDA, Yucatán, viernes 09/10/18.- En el Comité Directivo Estatal del PAN hubo una desbandada, pues varios de los que ahí laboraban dejaron tirado el trabajo y se largaron al gobierno del estado, en busca de un mejor “hueso”.

Otros se fueron por un “huso” de tres años, pero también dejaron su trabajo en el CDE, que les dio de comer varios años.

En primer lugar tenemos al ex secretario general Miguel Rodríguez Baqueiro, quien recibió de premio una diputación pluri local, aunque gracias a las idioteces del IEPAC y estuvo a punto de queda fuera del escaño en el Congreso del estado.

También se fue al Congreso del Estado Roger Aké Dzul, quien era asistente de la secretaría general; sigue pendiente el cargo  en el Conalep oriente de la “poch” directora Cinthya Valladares Couoh, quien debe titularse para acceder al puesto.

Baltazar Toloza Pasos, quien estaba en la dirección de contabilidad y finanzas se marchó de asesor de los diputados panistas en el Congreso estatal.

El director de Comunicación Social, Irvin Ayuso Méndez, quien en menos de seis meses que ocupó el cargo viajó a varios países con cargo al PAN, dejó tirado el trabajo y se fue a Comunicación Social del gobierno del estado. Está muy verde para ese cargo, dicen quienes lo conocen perfectamente y han trabajado con él.

También corrieron detrás del “hueso” de seis años Wendy Jáuregui y Jorge Lizama Villaba, quienes dejaron su trabajo de auxiliar jurídico  y se fueron al IBECEY y al COBAY, respectivamente.

El traidor, que volvió de Tabasco con la cola entre la patas, Sergio Chan Lugo, dejó la secretaría de Formación y Capacitación, que presidió escasos tres meses, a pesar de haber traicionado al PAN y haberse largado con su amigo Gerardo Gaudiano Rovirosa Vila lo premió con la titularidad de la Japay.

Finalmente, Raúl Carrillo Segura abandonó su trabajo en Acción Juvenil y se fue a la SEJUVE, a realizar el trabajo que no puede hacer la Buctzotzlovaquita (Ingrid Santos Díaz), hija de la Buctzotzlovaca Rosa Adriana Díaz Lizama.

Sin la mínima experiencia, esta muchachita llegó al puesto por chantajes de su mamá, quien exigió el puesto porque la niña “se sacrificó en el Distrito II Federal, un bastión del PRI. Lo mismo hizo Rosa Adriana hace algunos años, cuando ni campaña hizo en esa demarcación y se “clavó” el dinero que recibió para hacer campaña.