MOTUL, Yucatán, viernes 14/12/18.- El presunto “secuestro” de un hombre ocasionó una intensa movilización policíaca en el centro de Motul, ya que una “colombiana” denunció que su esposo fue secuestrado por varios sujetos.

Con toda la mala intención de ocasionar caos y conflicto para defender a su esposo, una supuesta colombiana denunció a las autoridades municipales el “secuestro” de su esposo, sin embargo todo se trato de un arreglo entre una empresa de paneles solares y el cliente.

Los hechos ocurrieron ayer jueves a las dos de la tarde, cuando una mujer llamó al 911 y denunció el “secuestro de su esposo”, quien se encontraba en una casa de la calle 27 con 32, informa el Diario de Yucatán.

Minutos más tarde llegaron varios elementos en patrullas municipales y de la SSP, quienes acordonaron la zona y quienes por más de una hora y media, los agentes se mantuvieron en el lugar, indagando los datos de los supuestos involucrados adentro y afuera de la casa.

Después de una larga indagatoria, se aclaró que todo fue por un lío entre una empresa y señor Alberto Ávila, propietario de la casa y quien contrató los servicios de la empresa que da servicio de colocación de paneles solares, que representa Fernando Vázquez Colima, quien supuestamente no cumplió con las especificaciones que se acordaron.

Vázquez Colima, acompañado de su esposa, llegaron al domicilio y fueron recibidos por Alberto Ávila , quien los invitó a pasar a ambos.

La “colombiana”, que está embarazada, al escucharla discusión del porqué la empresa de su cónyuge no cumplió y viendo que en la casa había otras personas —que en realidad eran invitados de Alberto Ávila—, ella pensó lo peor y salió a la calle para denunciar el “secuestro de mi esposo”.

Luego de 45 minutos de “suspenso” llegó el papá de Vázquez Colima y se comprometió a resolver el problema de la empresa, a fin de que se retiren los policías.

Este lío causó temor entre los vecinos, sobre todo a los padres de familia de la primaria aledaña al predio donde ocurrió el conflicto, porque la versión del falso secuestro —delito que consiste en llevarse a una persona y pedir rescate por ella— corrió como reguero de pólvora.