OXKUTZCAB, Yucatán, lunes 24/12/18.- Entre  aplausos, porras y hasta una voz oficial del deporte, Mario Mendoza, que micrófono en mano animaba a la concurrencia, le dieron el último adiós al beisbolista más grande de la “Huerta del estado”, Juan Bautista Burgos Ayora.

Como muchos domingos a lo largo de su carrera deportiva, ayer domingo en el campo de pelota “Juan José Pacho”, el legendario Juan Burgos escaló la loma, pero esta vez por última ocasión, para efectuar el lanzamiento final, de la mano de su nieto, Carlos Alberto Burgos López, quien tuvo como cátcher a Jimmy Valencia, el receptor de cabecera del inolvidable zurdo de Oxkutzcab y con quien hizo batería en incontables partidos en diferentes campos y ligas de pelota.

Con una imaginaria curva rompiente hacia afuera del plato, que con maestría y elegancia simuladas capturó Jimmy Valencia, el umpire Augusto Escobedo, un aficionado naranjero de hueso colorado, decretó el último strike a favor del zurdo de Oxkutzcab, y con ello el final del partido .

Al igual que cuando jugó a la pelota en diferentes campos o estadios de la Península de Yucatán o más allá, Juan Burgos salió vitoreado del diamante en su funeral, con porras y aplausos; también salió en hombros y en brazos, pero esta vez no de los fanáticos, sino de sus amigos de siempre, hombres de béisbol que lo acompañaron en su viaje a la que es su última morada.

La ceremonia luctuosa por el fallecimiento del mejor lanzador zurdo en Yucatán fue algo sumamente emotivo.

De entrada hubo gente en las gradas y particularmente sobre el diamante, en cuyo centro fue depositado el ataúd del lanzador para recibir un homenaje que caló en la piel y los corazones de los presentes.

Gente de todas las edades y de diferentes lugares hizo acto de presencia en el lugar, y más aún en el cementerio general, donde Juan Burgos recibió cristiana sepultura

Una partida que deja un legado que será muy difícil de igualar en años. Su partida nos deja sus recuerdos, su exquisitez al lanzar con ese soberbio y educado brazo siniestro, pero también nos deja su calidez humana, su don de gente y su trato educado; Juan Burgos fue maestro egresado de la que fuera Escuela Normal Rural de San Diego, Tekax.

Lo acompañaron a dejarlo en su última morada sus inseparables hermanos Antonio y Carlos Burgos Ayora, que entre los tres formaban el temible trio bautizado como Hermanos de la Destrucción.

Su viuda Gloria Vega Granados, sus hijos Carlos, Ileana, Gloria y Karina, así como sus nietos, sobrinos y ex peloteros de interior del estado.