MÉRIDA, Yucatán, martes 15/01/19.- Al quebrar un segundo negocio, Alberto del Río Leal (a) “Muñeca” se consumó como delincuente, ya que traspasó su restaurante “A puro Pan”, con deudas que orillaron al nuevo dueño a cerrarlo.

Después de pasar varios meses “con hambre” y de mendigar un “hueso” en MORENA, ahora  este sujeto, creación de la “Tía Betty” (Beatriz Zavala Peniche”), ya despacha en la delegación de Sedesol, en donde devengaría un sueldo de $60 mil, pero que no le alcanzaría, debido a que tiene el vicio más caro que algún hombre puede tener.

Luego de que hizo muy buen dinero como director de recursos humanos de la Sedesol federal, la “Muñeca” se cambió de casa: dejó su modesta vivienda de Chuburná, de $500 mil, y se compró un casota de $3 millones en “San Ramón Norte” y hasta le sobró dinero para poner un restaurante en Plaza Luxury.

Sin embargo, igual que pasó con la herrería que le robó a su papá, el restaurante “A puro pan” (porque lo fundó con dinero logrado por medio del PAN) naufragó en el mar de los gastos excesivos en placeres carnales muy jóvenes y en la flojera de Alberto, quien colgó su hamaca y el establecimiento fracasó.

Con las deudas agobiándolo, la “Muñeca” traspasó el restaurante al campechano Carlos Peraza y a la esposa de éste Adriana Salas, quienes sin saberlo compraron una bomba de tiempo, que estalló mucho antes de lo que Alberto esperaba.

Con la ilusión de este negocio, Carlos Peraza  le puso “Rogue” al restaurante y comenzó su aventura culinaria que acabó en manos de las deudas que le dejó la “Muñeca”, quien se le escondió y nunca le dio la cara.

La “Muñeca”, quien usaba un “diablito” para robar electricidad, dejó deudas a la CFE; deudas por pago de permisos, por pago de impuestos y entregó el negocio sin documentos. Cuando todos empezaron a llegar a cobrarle a Carlos éste trató de localizar a Alberto del Río, pero el ex panista se volvió  “ojo de hormiga”, de modo que el campechano nunca lo localizó y agobiado por las deudas en seis meses cerró el restaurante.

Ahora, La “Muñeca” ya respira aliviado, ya tiene un puesto con buen sueldo y espera poder hacer “bisnes” en la delegación para pagar sus vicios caros.